José Francisco Gómez Hinojosa, vicario general de la Arquidiócesis de Monterrey (México)
Ex vicario general de la Arquidiócesis de Monterrey (México)

Escuchar voces diversas


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En 1966, por disposición de Pablo VI, iniciaron formalmente los consejos pastorales diocesanos y parroquiales, como fruto inmediato del Concilio Ecuménico Vaticano II. Se buscaba establecer órganos permanentes de consulta, para evitar la toma unilateral de decisiones por parte de obispos y párrocos.



De inmediato, surgió un dilema en los clérigos: ¿a quién convocar a tales consejos, a personas afines, que sean incapaces de contradecirme, o se deja a elección de los diferentes grupos, con el riesgo de que escojan si no a enemigos, sí a quienes se atrevan a opinar y sugerir de manera diferente? Obvio que muchos jerarcas optaron de inmediato por la primera alternativa. Otros, los menos, no solo facilitaron la pluralidad de los nuevos instrumentos, sino que les dieron carácter definitorio y no solo consultivo.

Y es que rodearse de quienes piensan igual que yo vuelve más rápida la toma de decisiones, evitando largas discusiones en un afán por democratizar el proceso. Es más fácil decirle al jefe que sí a todo, y más tardado poner sobre la mesa argumentos diferentes, de ahí que, en aras de la supuesta eficiencia, se prefiere la uniformidad.

Consejo Pastoral Parroquial. Foto: Pastoral Siglo XXI (medio informativo de la Arquidiócesis de

Consejo Pastoral Parroquial. Foto: Pastoral Siglo XXI (medio informativo de la Arquidiócesis de Monterrey)

Pero ese procedimiento empobrece y no enriquece, pues limita las opciones que se presentan para tomar una decisión, y demuestra que el líder no es capaz de atender voces divergentes. Además, en un mundo cada vez más respetuoso de las diversidades, es necesario atender a otros puntos de vista, a diferentes enfoques del mismo tema, a otras soluciones y no solo como siempre se ha hecho.

Con Francisco de Roma se dio esta apertura, y una muestra de su capacidad para atender opiniones distintas, y hasta contrarias, lo constituye el libro ‘El loco de Dios en el fin del mundo’, de Javier Cercas (Random House, 2025). El texto narra cómo el Vaticano encarga al célebre autor español que escriba un texto sobre el viaje del papa Francisco a Mongolia. En la primera parte, ofrece una serie de entrevistas con los “soldados del Papa”, monseñores y empleados que ocupan las principales posiciones de la comunicación vaticana.

Más allá de la calidad literaria del libro, llama poderosamente la atención las características del escritor, quien se define así: “Soy ateo. Soy anticlerical. Soy un laicista militante, un racionalista contumaz, un impío riguroso”. Ante este perfil, no pocos se preguntaron, en el proceso en que se elaboró la novela, cómo era posible que Bergoglio haya aceptado tal marcaje personal, y hasta le hubiera concedido al incómodo interlocutor una entrevista privada en el regreso del periplo. Lo importante es que se da un diálogo entre dos hombres sinceros, capaces de plantearse la pregunta más filosófico-teológica que nos podemos hacer: ¿hay vida eterna? ¿en qué consiste la resurrección de la carne?

En México, por el contrario, se acaba de crear una Comisión Presidencial para la Reforma Electoral, en la que, como su nombre lo indica, solo participan personas cercanas a la Presidenta, ya porque son actuales funcionarios públicos, ya porque pertenecen a su movimiento político-social, Morena. Se ve muy difícil que puedan contradecir a quien los nombró. No quiere escuchar voces diversas.

Pro-vocación

Y sigue la tendencia a la alza. Doña Almudena Suárez Cerviño, profesora de religión y laica, ha sido autorizada por el obispo de Tui-Vigo, Antonio Valín, para que dirija la Celebración de la Palabra en ausencia de Presbítero (ADAP), en siete parroquias de la diócesis. En la Amazonía, donde la carencia de presbíteros es notable, son muchas las mujeres, laicas o religiosas, encargadas de atender pastoralmente a las comunidades. Además de ese servicio: ¿cuándo podrán acceder plenamente al ministerio del presbiterado, y no solo por la falta de varones, sino por derecho propio?