Tribuna

Javier Cercas: el ateo que quiere ‘salvar’ a la Iglesia

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La idea de proponerle a Javier Cercas escribir sobre el papa Francisco, o sobre su viaje a Mongolia en 2021, que a los efectos es lo mismo, parece una idea digna del mismísimo Jorge Mario Bergoglio. No fue suya, según parece, pero desde luego es su estilo.



Si hay una palabra que destaca sobre el resto a lo largo de las páginas del libro es ‘periferia’, no en vano es uno de los acentos del pontificado del Pontífice argentino, “salir a la periferia”, “observar desde la periferia”… La periferia de la Iglesia y de la fe, se entiende. ¿Y quién podría encarnar mejor esa periferia que un escritor anticlerical, laicista y ateo militante, como Cercas

Javier Cercas, en la presentación de su nuevo libro sobre su viaje con el Papa (fuente: Efe)

Javier Cercas, en la presentación de su nuevo libro sobre su viaje con el Papa (Fuente: EFE)

Ah, sí, pero falta un condición esencial para que esta aparente extravagancia acabe siendo genial: la buena intención. De nada sirve salir a la periferia para observar con otra perspectiva una realidad, si los ojos con los que se mira no buscan la verdad.

Así que, tenemos a un escritor de éxito, considerado de los mejores de su generación, ateo, laicista y anticlerical escribiendo sobre el Papa, la Iglesia y la fe, por encargo, petición o invitación del Vaticano, con todas las facilidades y acceso, incluida una breve entrevista al propio Papa. Parece un tiro en el pie, pero en la visión de la Iglesia de Francisco era una oportunidad.

¿De qué otra manera podríamos contemplarnos a nosotros mismos, los cristianos católicos, para saber cómo nos ven desde las periferias alejadas de la fe si no es a través de los ojos de alguien como Cercas, que además de sus ‘útiles’ prejuicios e increencia, es alguien con la buena intención y la perspicacia necesarias para captar el fondo, no solo la superficie de actos, palabras e ideas, y reflexionar de modo inteligente sobre ellas y expresarlo con la maestría que le caracteriza?

Eso es ‘El loco de Dios en el fin del mundo’ para los católicos, un espejo que nos devuelve la imagen que muchos no creyentes tienen de nosotros. En cierto modo nos desnuda. Y para los no católicos y no creyentes es un puente. No para su conversión, “¡Dios no lo quiera!”, exclamará con gran sentido del humor Lorenzo Fazzini, director de la Librería Editrice Vaticana, que quiere evitar a toda costa que tal cosa le ocurra a Cercas, como describe el propio autor, sino para fomentar la cultura del encuentro, otro de los grandes legados de Francisco. Los puentes, conviene recordar, se pueden recorrer en ambos sentidos. 

El papa Francisco, durante su viaje a Mongolia en septiembre de 2023

El papa Francisco, durante su viaje a Mongolia en septiembre de 2023

Vida eterna

En todo caso, esta obra es muy buena literatura. El género de no ficción es difícil y arriesgado, pero Cercas ha logrado construir un libro que, siendo largo, con sus casi 500 páginas, se hace ameno y hasta intrigante, con giros propios de una novela.

La pregunta sobre la que edifica toda la narración es si los católicos, incluidos curas, obispos, cardenales y el propio Papa, creen realmente en la resurrección de la carne y la vida eterna, tal y como declaramos en el Credo. Y todo para poder llevarle la respuesta a su madre, una mujer muy creyente que está convencida de que cuando muera volverá a reunirse en el Cielo con su marido, el padre de Cercas.

De hecho, es la única razón, asegura, por la que ha aceptado escribir el libro, para poder llevar la respuesta de Francisco a su madre. No me negarán que el planteamiento, de tinte costumbrista, es brillante. 

Lágrimas ante el vaivén de emociones

Durante su lectura admito que pasé por todas las emociones posibles: alegría, pena, risa, miedo, ira… y hasta llanto. Sí, lo confieso, he llorado.

En el libro, Cercas está constantemente sacudiéndonos de lado a lado, como un barco en medio de la tempestad cuyos pasajeros van golpeándose contra las paredes del pasillo que conduce a sus camarotes. Pero cuando crees que estás a punto de caer por la borda, llega una mano amiga que te sujeta, un salvavidas que evita la tragedia.

Finalmente, llegué a puerto con la mar en calma y el alma tranquila, y creo que hasta un poco más sabio, si es que esa palabra significa algo hoy en día. Porque, paradójicamente, la mano amiga que quiere salvar a la Iglesia, la fe y a Dios mismo, es el ateo, laicista y anticlerical Javier Cercas.