El papa León XIV ha recibido en audiencia privada este viernes, 22 de agosto, al cardenal estadounidense Raymond Leo Burke, según ha confirmado la Oficina de Prensa de la Santa Sede. Un día en el que el pontífice también a una delegación encabezada por el presidente de las Seychelles, Wavel Ramkalawan; o al nuncio en Israel y delegado apostólico e Jerusalén y Palestina, Adolfo Tito Yllana.
- WHATSAPP: Sigue nuestro canal para recibir gratis la mejor información
- Regístrate en el boletín gratuito y recibe un avance de los contenidos
Burke se encuentra en la Ciudad Eterna tras visitar al inicio del verano su Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe en La Crosse, Wisconsin, donde fue obispo. Convertido en feudo personal del cardenal, a finales de julio recibió a diferentes clérigos y apuntándose al Proyecto Guadalupe 2031, año en que se cumplen 500 años de las apariciones de la Virgen María al indio Juan Diego. Así, celebró con el rito tradicional tridentino con el arzobispo de San Francisco, Salvatore Cordileone, y rescató otros libros y prendas litúrgicas con su colega el cardenal Willem Jacobus Eijk, arzobispo de Utrecht (Países Bajos),
La resistencia a Francisco
La liturgia ha sido para el purpurado su punto de acceso a grupos tradicionalistas con los que ha hecho alianza y resistencia a Francisco, quien recibió en audiencia privada a Burke en diciembre de 2023 tras hacerse público que la Santa Sede dejaría de abonar su sueldo y el alquiler de su piso después de que en junio de ese mismo años cumpliera 75 años, edad de jubilación cardenalicia, y entregara su renuncia como patrono de la Orden Soberana de Malta. Antes, entre 2008 y 2014, fue el prefecto del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica.
A lo largo del pontificado, el purpurado de Wisconsin se ha erigido como uno de los principales ‘haters’ por Francisco, negando la autoridad del Obispo de Roma desde una oposición que ha aumentado su virulencia a lo largo de este año. Prueba de ello es que fue uno de los cinco cardenales que abanderaron la ‘dubia’ que se hizo explotar de forma intencionada en las vísperas del Sínodo de la Familia –y posteriormente reinterpretados sobre la sinodalidad–. Más allá de las dudas manifiestas por los purpurados sobre cuestiones como sobre la bendición de las parejas homosexuales o la ordenación de mujeres, se buscaba desestabilizar el principal foro reformador de Francisco. De hecho ha sido un azote de la sinodalidad como eslogan vacío –“Mi oración personal todos los días a nuestro Señor es que de alguna manera haga que el Sínodo no se lleve a cabo porque, francamente, no puedo ver nada bueno en él”, llegó a decir antes del último sínodo en una entrevista televisiva–.
Esperanza en León XIV
En los últimos días, Burke ha sido entrevistado en el periódico italiano La Stampa de Turín. Entonces se felicitaba por el encuentro entre Trump y Putin que acababa de producirse en Alaska para buscar algún entendimiento para Ucrania. Sobre la Iglesia en Estados Unidos se alegraba de que “muchos redescubren los sacramentos y la sana doctrina sobre la fe y la moral en una sociedad fuertemente secularizada”, mientras lamentaba de “la lacra del divorcio”, que se producen “un millón de abortos al año”, la “venenosa ideología de género que destruye la familia” o “la cuestión de la eutanasia y del final de la vida con movimientos en Estados Unidos, igual que en Italia y la Unión Europea, que promueven el ataque a la vida considerada ya no productiva y, de hecho, etiquetada como motivo de consumo injustificado de recursos”.
Para Burke, la elección de Robert Prevost “fue una sorpresa” aunque señala el valor de su experiencia “universal” como superior general de los agustinos y le defino como “auténticamente internacional, más global que estadounidense”. De su pontificado ha alabado “su cristocentrismo, habla siempre del Señor y de su Iglesia. Es importante que la Iglesia no se reduzca a una ONG”. Aunque también deja caer que “el oficio de papa es imposible sin los colaboradores adecuados” y que “León se toma su tiempo para nombrar personas capaces de ayudarle en las responsabilidades principales”.
