Tribuna

Haciendo eco… con los Catequistas (III)

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Queridos Ministros convocados

Antes que nada, feliz día… El 21 de agosto en el calendario litúrgico se celebra la vida de Dios en Pío X, Giuseppe Sarto, o Don Beppi. Seguramente de su biografía hay mucho para aprender, meditar y hasta debatir. Sus datos los pueden encontrar en varios portales o libros (Curia, Christian, 2018, págs. 70 – 74).



Por suerte y gracia de Dios, la vida no es solo datos de un tiempo vivido, sino principalmente, cómo ella hace eco de la presencia de la Trinidad. Es por ello que, en esta oportunidad, compartimos algunas resonancias para profundizar nuestra vocación.

a.      Una persona convocada

En 1903, luego de la Pascua de León XIII, el Papa de la Enseñanza Social, se reúne el Cónclave y Don Beppi “rogaba a los cardenales electores que no se fijasen en él, que no rebajasen tanto la figura del representante de Cristo” (Xandró, Mauricio, 1960, pág. 30). Esta actitud es así durante toda su vida. Es la sencillez del cristiano que se entrega a Dios en el servicio del ser humano. Su elección fue de “carambola”, porque el posible candidato fue vetado para que no sea papa, dado que en ese conciliábulo interviene el gobierno de Austria, ejerciendo un derecho legal, poco pastoral y evangélico, que tenían algunos países (González Faus, José Ignacio, 1992, pág. 148). ¡Gracias a Dios y al mismo Beppi, esa es la última vez que un poder temporal participa, tan directamente, en la elección del Obispo de Roma, porque él deja sin efecto ese nefasto derecho adquirido en los períodos de ligazón entre el poder político y la Iglesia (Javierre, José María, 1984, págs. 19 – 20).

Queridos catequistas, en estos hechos de la vida de Don Beppi, queremos resaltar que el llamado de Dios para un servicio, no siempre viene como un “rayo” del cielo, o por una aparición de alguna devoción, ni por un intimismo piadoso… la voz de Dios, llega a nuestra vida de múltiples maneras, y a menudo, por la menos pensada. ¡Por tal motivo, hacer catequesis es asumiendo la diversidad, evitando la uniformidad y, sobre todo, rechazar toda imposición que atente contra las personas!

b.      La gracia es auxilio, no premio

¡Qué título! Es uno de los grandes y graves errores que quiso combatir Pío X… pareciera que aún hoy, algunas personas todavía no lo entendieron ni a él ni a Dios.

Don Beppi, es considerado el patrono de la catequesis y de los catequistas. En una de sus primeras encíclicas afirma que la misión y la tarea más importante de todo clérigo es la enseñanza catequística, mencionando el Catecismo vigente en ese momento y dando pautas pedagógicas y pastorales para “aggionar” el mensaje del Evangelio a las personas (Pío X – AN, 1905). Fomentó la redacción de resúmenes de la doctrina, uno de ellos quedó en la historia con su nombre al llamarlo Catecismo de Pío X. Manteniéndose fiel a la más hermosa tradición eclesial de unir liturgia y catequesis, es quien incentivó la reforma litúrgica que luego seguirá su curso hasta el Concilio Vaticano II (Etchegaray Cruz, Adolfo, 1962, pág. 183).

Hay una de sus enseñanzas no muy conocida y que, más allá del lenguaje, puede orientarnos en nuestra vocación. Es del 20 de diciembre de 1905, cuando la herejía jansenista y la pastoral moralista tenían lugar preponderante en la predicación eclesiástica; aquel Papa afirmó categóricamente:

“La finalidad primera de la Santa Eucaristía no es garantizar el honor y reverencia debidos al Señor, ni que el Sacramento sea premio a la virtud, sino que los fieles, unidos a Dios por la comunión, puedan encontrar en ella la fuerza para vencer sus pasiones carnales, para purificarse de los pecados cotidianos y para evitar tantas caídas a que está sujeta la fragilidad humana” (Javierre, José María, 1984, pág. 239)

¡Si, primero la gracia, luego la acción humana! ¡Si, primero el amor de Dios, luego la respuesta ética y moral!

¡Si, primero el don! Aunque suene redundante, primero el regalo. Porque que gracia tiene estar en gracia para recibir a la gracia, si la gracia es gratuita. Proponer lo contrario, será políticamente correcto, pero se estaría pregonando unas ideas que la misma iglesia condenó cuando repudió las enseñanzas de Cornelio Jansen (1585 – 1683) con el denominado Jansenismo: movimiento espiritual, doctrinal, político y eclesiástico. Este hereje, considera al hombre como el ser que quedó irremediablemente marcado por el pecado original y que tiende naturalmente al mal, y que por ello tiene que estar preparado. Su enseñanza fue definida como una herejía por varios pontífices, entre ellos Pío X.

c.       El Papa de la Eucaristía

Apreciados Catequistas, Pío X, no es un gran reformador al estilo de Juan XXIII, de hecho, está catalogado como un “tradicionalista”. Por tal motivo, las corrientes más integristas lo tienen como referencia. ¡Aunque no sabemos si lo comprendieron en su totalidad! Sin embargo, fue capaz, con sus ambigüedades, de romper esquemas pastorales que tenían poca inspiración evangélica: suprimir el veto político, establecer la comunión diaria y frecuente… ¡Si! Parece algo loco, hasta él no se hacía por pruritos más jansenistas que principios cristianos, la comunión no era algo habitual. Con Giuseppe Sarto, el sagrario se abrió a la iglesia, para que la gracia se derrame en todos, algo que algunos timoratos nos habían privado. Esto lo establece en 1910 con el documento Quam Singularis, con dos criterios para recordar: la recepción de la primera comunión con que simplemente puedan distinguir que el pan de la Eucaristía no es un pan común. El segundo, con una catequesis posterior a la recepción del sacramento (Pío X – QS, 1910) (# 2 – 10).

En la vida de Don Beppi, la fe y la gracia son vividas como regalos del mismo Dios y no consecuencias de una vida moralmente aceptable, de lo contario más que Dios, sería un Rey que premia a sus fieles súbditos y, por lo tanto, no sería padre/madre que ama a sus hijos.

Haciendo Eco Catequistas 3

d.      Ministerio y Vocación catequística

En el día de este ministerio, con la vida de Pío X, queremos recordar (pasar por el corazón) que ser catequistas, es una vocación. No sabemos si les pasa, pero a nosotros muchos nos preguntan si “damos catequesis”. Nuestra respuesta es que hacemos catequesis, porque el origen de la palabra es hacer eco, hacer resonar, esa experiencia de fe que transformó la vida eclesial y particular. A la vez nos preguntan ¿catequesis de qué sacramento? Ahí entramos en colisión, porque muchos aún no han comprendido que ser catequista es una vocación que proviene de un llamado de la Trinidad y que la catequesis no es para los sacramentos sino para crecer y madurar en la fe, en un contexto comunitario eclesial, que da sentido a la vida (CEA – JEP, 1988) (#50-51), por lo tanto, se es catequista, por fidelidad a Dios y al ser humano, aunque no preparemos para un sacramento.

e.       Gratitud

Apreciados catequistas, yendo a lo más significativo, queríamos darles gracias porque con su servicio comunitario, nos ayudamos mutuamente a adentrarnos en lo más íntimo de la relación con el mundo y con Dios, para analizar las condiciones más profundas que nos invitan a entregarnos al Evangelio (De Vos, Frans, 2019, pág. 37). Nuestro venerado, Padre de la Catequesis renovada en Argentina, que cumpliría años el 22 de agosto, en el libro Metodología Catequística recuerda que nuestra vocación/ministerio “saca su fuerza y misión del bautismo y la confirmación. La catequesis es una concretización del sacerdocio laico que confieren ambos sacramentos” (De Vos, Frans, 2019, pág. 38).

Gracias, queridos catequistas por ser eco del Evangelio, del sacerdocio bautismal, de estar configurados y formados en Cristo, de vivir en comunión y diversidad, sin obsecuencias, con libertad y parresia, por hacer patente que ser catequista es un carisma teológico y pedagógico, para compartir la fe de manera amplia, ordenada y sintética acorde al situación vital de los catequizandos (De Vos, Frans, 2019, pág. 38).

Gracias porque vivimos el ministerio y vocación desde lo fundamental, es decir, en las tres dimensiones: ser, saber y saber-hacer de la configuración con la identidad eclesial en el mundo (Pironio, Eduardo Francisco, 1986). El Directorio para la catequesis específica la primera al decir “saber ser con, porque la identidad personal es siempre relacional” (DPC, 2020) (#136), porque ser catequista es una ministerio eclesial que se aprehende con otros y para otros.

Que, en este día del catequista, la memoria agradecida nos lleve a recordar aquellas personas que son eco de Dios en nuestras vidas, aunque no nos hayan preparado para un sacramento…

Que la vida de tantos catequistas siga haciendo eco del evangelio en sus vidas, como lo han hecho Giuseppe, Ángelo, Albino, Catalina, Clara, Francisco, Domingo, Tomás, Rosa, Pedro, José Gabriel, Antula, Toribio, Enrique, Egidio, Ángela, Irma, Raquel, Ana María y, muy especialmente, Frans… (Curia, Christian, 2022)

Feliz día y mes, catequistas peregrinos y testigos de la gratuidad de Dios… (continuaremos)


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Trabajos citados

CEA – JEP. (1988). Juntos para una evangelización permanente. CABA: Oficina del Libro.
Curia, Christian. (2018). La #vida nos da #señales. CABA: PPC.
Curia, Christian. (2022). Una aventura maravillosa. CABA: PPC – Bonum.
De Vos, Frans. (2019). Metodología Catequística. CABA: Claretiana.
DPC. (2020). Directorio para la Catequesis. CABA: Oficina del Libro.
Etchegaray Cruz, Adolfo. (1962). Historia de la catequesis. Santiago: Paulinas.
González Faus, José Ignacio. (1992). Ningún obispo impuesto (San Celestino, papa). Las elecciones episcopales en la historia de la Iglesia. Madrid: Sal Terrae.
Javierre, José María. (1984). Pío X. Madrid: Sociedad de Educación.
Pío X – Acerbo Nimis (1905).  Obtenido de https://vatican.va
Pío X – Quam Singulari (1910). Obtenido de https://vatican.va
Pironio, Eduardo Francisco. (1986). Diálogo con laicos. CABA: Patria Grande.
Xandró, Mauricio. (1960). Semblanza de San Pío X. El Papa de la Eucaristía a través de un doble estudio biográfico y grafológico. Madrid: Studium.