Haití sigue viviendo una situación de colapso institucional. En el país, según recogen los medios vaticanos citando datos de la ONU, entre abril y junio, más de 1500 personas fueron asesinadas. Una violencia que han experimentado este 4 de agosto en el orfanato Sainte-Hélène en Kenscoff, al sureste de la capital, Puerto Príncipe. Unos atacantes entraron por la noche tras romper una valla y secuestraron a 9 personas: la misionera irlandesa Gena Heraty de la organización “Nos Petits Frères et Sœurs”, siete trabajadores haitianos y un niño de tres años con discapacidad.
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Atentado sin reivindicar
El resto de personas fueron obligados a abandonar a pie las instalaciones, según las fuentes locales. Avisada la policía continúa la investigación, aunque los asaltantes no ha reivindicado el ataque ni pedido un rescate por los rehenes. La mayoría de actos violentos que se producen en el entorno de la capital están relacionados con el control ejercido por las diferentes bandas armadas, ante los continuos vacíos de poder que se suceden en el país desde 2021.
Como denuncian los medios vaticanos, las instituciones se ven cada vez más marginadas y la población vive bajo la amenaza constante de violencia, extorsión y secuestro. Para Ulrika Richardson, Representante Especial de la Oficina Integrada de las Naciones Unidas en Haití, “los ataques continúan provocando graves violaciones de derechos humanos y agravando una crisis humanitaria ya de por sí extrema, causando desplazamientos masivos de población con consecuencias dramáticas, especialmente para mujeres y niños”.
