Roma vivió esta semana un momento sin precedentes: el primer Jubileo de Misioneros Digitales, celebrado los días 28 y 29 de julio de 2025 en el marco del Año Jubilar. No fue un congreso técnico ni una feria de redes sociales. Fue un acto eclesial, profundo y valiente, para reconocer que en el mundo digital también se anuncia el Evangelio, se acompaña a las personas, se construye comunión. ¡Es todo un continente!
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La convocatoria reunió a más de mil creadores católicos de todo el mundo. Llegaron con sus teléfonos, sus micrófonos, sus cámaras, pero sobre todo con una pregunta en el corazón de cada evangelizador: ¿cómo hablar de Dios en la red sin perder la hondura del encuentro?
El prefecto del Dicasterio para la Comunicación, Paolo Ruffini, abrió el Jubileo recordando: “el mar digital no existiría sin nosotros. Las redes sociales no existirían sin las personas”. Eso se convirtió en brújula del encuentro.
Así la red de relaciones se hizo visible en testimonios, abrazos, silencios orantes, vigilias, talleres, misas y encuentros espontáneos. Misioneros digitales que se seguían desde hace años en pantalla se dieron la mano por primera vez, como quien se encuentra con un hermano de camino.
El martes 29 de julio, en la Basílica de San Pedro, el papa León XIV dirigió un mensaje sereno y profundo a los misioneros digitales. Habló con calidez, sin solemnidades innecesarias, y propuso una visión luminosa del continente digital. Les dijo: “vayan a reparar las redes… Redes donde se pueda reparar lo que ha sido roto, donde se pueda poner remedio a la soledad, sin importar el número de los seguidores”.
Con esta imagen poderosa, invitó a todos a hacer de sus canales un lugar de reconciliación y comunión. Dijo: “No se trata simplemente de generar contenido, sino de crear un encuentro entre corazones. Esto implicará buscar a los que sufren, a los que necesitan conocer al Señor, para que puedan sanar sus heridas, volver a levantarse y encontrar sentido a sus vidas”.
Y con una clara exhortación pastoral, añadió: “Sean entonces ustedes agentes de comunión, capaces de romper la lógica de la división y de la polarización; del individualismo y del egocentrismo”. Aclaró que la ciencia y la tecnología están influyendo en la forma en que vivimos, por eso, dijo: “Nuestra misión, la misión de ustedes, es nutrir una cultura de humanismo cristiano, y hacerlo juntos. Esta es la belleza de la ‘red’ para todos nosotros”.
Me da gusto que en la Arquidiócesis de Monterrey, no hemos sido simples espectadores en el desarrollo y promoción de la evangelización digital. En particular desde 2019, la Pastoral Digital ha formado, acompañado y conectado a agentes de evangelización en redes sociales. Su trabajo constante y profundamente pastoral ha sido semilla fecunda de comunión y creatividad.
Entre los participantes de Monterrey destacó el padre José Juan Montalvo, conocido como ‘Padre Borre’. Su cercanía con los jóvenes, su lenguaje fresco y su testimonio sincero han hecho de su presencia en este Jubileo una señal clara de lo que ya se vive en nuestras comunidades: una Iglesia que anuncia con alegría también en las redes.
También fue notable la presencia de José Manuel Urquidi, fundador de Juan Diego Network, una de las plataformas de podcast y contenidos católicos más influyentes del mundo hispano. Originario de Monterrey, Urquidi ha sido pionero en construir puentes entre fe y cultura digital, con más de 70 programas activos en su red. Su participación en Roma confirmó que desde lo local también se puede tocar lo universal.
Un cartel sostenido por un joven al salir del evento decía: “No es por vistas, es por el Reino”. Y eso resume todo. Porque en esta misión digital no se trata de influenciar para uno mismo, sino de ser eco humilde de una Palabra más grande, más sabia, más tierna.
Esta semana, muchos volverán a casa con más que fotos. Regresarán con el corazón encendido. Y nosotros, desde donde estemos, también podemos encender nuestra red de sentido: con una palabra amable, un mensaje oportuno, una publicación que consuele, una presencia digital que abrace.
Lo que vi esta semana
Desde Instagram, a misioneros digitales de todo el mundo con una sola misión: evangelizar.
La palabra que me sostiene
“…remendando sus redes. También los llamó”. (Mt. 4, 21)
En voz baja
Señor, enséñanos a reparar las redes rotas con tus manos, no con nuestras prisas… y a esperar la pesca con paciencia, como tú lo hiciste.
