Enrique Lluc
Doctor en Ciencias Económicas

Por qué se vacía más la España vaciada


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Aunque en 2021 ya escribí un ciclo de cuatro artículos que hablaban sobre la España vaciada, nos encontramos de lleno en un verano en el que nunca me resisto a viajar por esas zonas tan maravillosas que pueblan nuestra nación, y por ello quiero incidir en uno de los aspectos de los que allí traté, sin repetirme, claro está, pero insistiendo en un punto que creo que necesita un desarrollo superior.



El otro día estuve un fin de semana largo en Astorga, ciudad que me encanta, que me maravilla siempre que voy y en la que encuentro tranquilidad, tiempo fresco y un entorno magnífico para pasear, para hacer ejercicio, para dormir y para conversar. El hecho de que pasen por allí peregrinos hacia Santiago, también me trae muy buenos recuerdos. La primera vez que estuve en esa ciudad fue en 1993 peregrinando hacia la tumba del apóstol y este no fue mi primer contacto con el camino ni el último.

Esta ciudad experimenta desde hace unos años un fenómeno que se repite en la mayoría de las capitales de provincia de la España vaciada: pierde población. Durante muchos años fueron los pueblos los que perdían habitantes, mientras que las capitales crecían. Ahora, como las localidades más pequeñas tienen tan pocas personas, ya no nutren a las capitales. Los pequeños pueblos ya no tienen a gente que quiera salir de ellos y acercarse a las capitales y estas se empequeñecen.

Astorga (León). Palacio Episcopal y Catedral

Los motivos son muy variados. De algunos de ellos hablé en su momento en el núcleo de artículos a los que ya he hecho mención. Ahora y las semanas próximas quiero incidir en uno que subyace a todos ellos, en uno que se nombra poco pero que está en la mente de todos sin que nos demos cuenta de él. Su influencia es mucho más elevada de lo que podría parecer y, estoy convencido, que sin romper este, poco se puede hacer con el resto de políticas destinadas a este objetivo. Las opciones técnicas para evitar la despoblación, la mejora de infraestructuras, la dotación de recursos y servicios, la creación de puestos de trabajo, poco pueden conseguir si no cambiamos el imaginario del pueblo, de la provincia despoblada, de lo que implica quedarse ahí.

Fracaso en la vida

Porque la idea más negativa para poder repoblar aquellas zonas vaciadas de nuestro país, a mi entender, es la de que quien se queda en el pueblo es porque ha fracasado en la vida. El éxito solamente se consigue en las capitales, en las zonas pobladas del país. La España despoblada es un lugar de fracasados, donde están quienes no han logrado lo que todos persiguen: el éxito en la vida. Esta idea tan generalizada, tan oculta y tan perniciosa es la que más influye en el despoblamiento de gran parte del país.