La Iglesia aseguró que el 87% de los electores en México que no participaron en elección del Poder Judicial de este 1 de junio, estarían ‘desalentados’.
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A los ministros, magistrados y jueces que fueron elegidos, les pidió asumir “con honestidad, profesionalismo, independencia y amor a México su delicada misión de impartir justicia aplicando la ley imparcialmente”.
En un comunicado, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), encabezada por su presidente, el obispo de Cuernavaca, Ramón Castro Castro, manifestó que una mejora del sistema de impartición de justicia es deseada por todos “sin embargo, junto a muchos ciudadanos vimos con preocupación la aprobación de la reforma judicial y la aplicación de ésta para elegir ministros, magistrados y jueces puesto que hubo evidentes inconsistencias y confusiones, fruto de un proceso acelerado y no consensuado que provocó inquietud y desaliento”.
“Corregir lo que sea necesario”
El anhelo de justicia -refirió la CEM- se encuentra en el corazón de todo ser humano y es el fundamento de toda sociedad que aspira a vivir en orden y en paz; “por tal motivo, cualquier esfuerzo por lograr el acceso pleno a la justicia, sobre todo para los más débiles, siempre será bienvenido“.
En este sentido, añadió que la decisión del 87% de los mexicanos electores de no participar en las votaciones del 1 de junio, “refleja tal vez este desaliento; es un mensaje que en un ejercicio democrático no se puede pasar por alto y que los actores políticos tendrán que ponderar con madurez, inclusión y visión política, para corregir lo que sea necesario”.
Además, dijo, el respeto al voto emitido en cualquier sentido, incluso el de protesta, por quienes sí decidieron participar “será una tarea que las autoridades competentes deberán cumplir con celo y compromiso con México”.
Un México “donde la justicia y la paz puedan palparse”
Para los obispos de México, más allá de la decisión personal de quienes acudieron a votar y de aquellos que optaron por abstenerse, así como la opinión sobre el proceso mismo, “es tiempo de construir caminos de encuentro, reconciliación y paz que renueven nuestra esperanza tal como nos ha exhortado el papa León XIV. Para que esto sea posible requerimos un sistema de justicia cualificado y autónomo”.
Exhortaron a las autoridades de los tres poderes del Estado y de los tres órdenes de gobierno, “con humildad y esperanza, a actuar con justicia e integridad respetando la autonomía de cada poder y fortaleciendo el estado de derecho. Urgen artesanos de la paz, constructores de esperanza, mexicanas y mexicanos comprometidos por construir un México más justo y pacífico, donde todos encuentren la posibilidad de una vida digna; donde la justicia y la paz puedan palparse cada día con mayor viveza”.
Para concluir, los obispos aseveraron que “Nuestra Madre Santísima de Guadalupe es testimonio vivo de que México puede caminar unido, en paz, respetándonos en nuestras diferencias y construyendo juntos un México que sea tierra de esperanza para todos. A ella confiamos la unidad de nuestra nación”.
