La Confederación Latinoamericana y Caribeña (CLAR) ha soplado velitas este 2 de marzo al coro de “todos somos CLAR”. En un encuentro virtual, la vida consagrada del continente celebró 64 años de camino y misión.
Daniela Cannavina, secretaria general de la CLAR, recordó que las 22 conferencias de religiosos de América Latina y el Caribe vienen “caminando en sinodalidad desde los inicios”, desde aquel 2 de marzo de 1959 cuando la Sagrada Congregación erigió canónicamente y estableció los estatutos que la rigen.
Por su parte, Gloria Liliana Franco, presidenta de la CLAR y religiosa de la Compañía de María, hizo un balance y ha planteado cuatro lugares teológicos para entender estos años en los que religiosos y religiosas “convocados a tender la mano en las parcelas del Reino” siguen “clamando por vida digna, distribución equitativa de los bienes y las posibilidades, cauces para la paz, escenarios para el diálogo y la amistad social”.
1. El anuncio del Reino
Franco explica que el anuncio es primer lugar teológico de la vida consagrada de América Latina: “Ahí donde se experimenta y se comunica la certeza de que nuestro Dios no para de actuar y justo ahí radica nuestra esperanza”.
“En las orillas en las que se comunica con pasión evangélica la experiencia de Dios encarnado, aconteciendo en nuestra historia y convocándonos a la misión como generador de la reforma”, apuntó.
2.Misión encarnada
Por supuesto, prosigue la religiosa colombiana, los religiosos y religiosas encuentran en el lugar de la misión su identidad, allí “se ha configurado nuestra identidad… somos misión. Las esquinas más empobrecidas del continente fueron habitadas por varones y mujeres, a los que desacomodo la tajante urgencia del Reino”.
Todo ello “al ritmo del Evangelio, del Concilio Vaticano II, de la Conferencia del Episcopado Latinoamericano, dejaron estatus de confort y se mudaron al lugar en el que ser comunidad, apostar por lo pequeño y desvivirse por lo humano es la prioridad”.
3.Dios resuena en la profecía
Para Franco la profecía es uno de los lugares, donde “la voz de Dios resuena invitándonos a no callar ante a la corrupción que lo permea todo, frente a los abusos que carcomen la identidad de quienes están llamados a ser hermanos”.
Asimismo ha invitado hacer frente “ante las injusticias que acrecientan brechas y acaparan como privado lo que definitivamente tendría que ser para todos”.
4. Martirio, radicalidad evangélica
El martirio sin duda –explica – es el lugar teológico, donde “todo se fecunda a fuerza de coherencia y radicalidad evangélica”.
Además lo describe como una zona donde “el Reino se jalona contra corriente y los testigos los concibe el pueblo, porque reconoce la autenticidad del anuncio, el valor de la entrega cotidiana, la necesidad de insertarse en toda tierra en condición de hermanos de nuestra gente”.
Foto: CLAR
