Francisco a la Asociación Católica de Propagandistas: “Sean audaces ante la cultura del descarte”

El nuncio Bernardito Auza preside la sesión de apertura del XXIV Congreso Católicos y Vida Pública en la Universidad San Pablo CEU

El nuncio en España considera que “la participación de los laicos es decisiva para el presente y el futuro de la Iglesia y de la sociedad”. Así lo ha manifestado el filipino Bernardito Auza en la sesión de apertura del XXIV Congreso Católicos y Vida Pública, organizado por la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP) y que acoge hasta el domingo la Universidad San Pablo CEU de Madrid.



Bajo el lema ‘Proponemos la fe, transmitimos un legado’, este foro de reflexión cuenta con más de mil inscritos, la mitad presencial y la otra mitad, online, y que, contará, entre otros ponentes con el prior del Valle de los Caídos, Santiago Cantera, y el político chileno José Antonio Kast.

Sociedad secularizada

“Es fácil desanimarnos y tirar la toalla frente a una sociedad profundamente secularizada”, alertó el diplomático vaticano, que subrayó que “no hay lugar para el desaliento y el pesimismo”. Por ello, llamó a los congresistas a “no perdemos la esperanza y vamos adelante con la alegría del Evangelio”.

Frente a “un contexto que lucha contra la búsqueda de Dios”, el embajador de la Santa Sede planteó la necesidad de proponer una vida cristiana que sea “comprensible” y “no vivida como una serie de prohibiciones como tanto nos acusan sino como expresión de vida solidaria”.

Perseverar, gastarse y sufrir

Para el nuncio, la Iglesia ha de “perseverar, gastarse y sufrir para hacer el bien, para preparar corazones abiertos a la suave acción del Espíritu Santo”. Así, apuntó que esta esta misión de “transmitir la fe, como nos enseña el Papa Francisco, no se hacer proselitismo”. A la vez, recordó como Benedicto XVI propuso una evangelización “por atracción, es decir, por testimonio”.

Auza también transmitió el mensaje del Papa Francisco elaborado para el encuentro en la que insta a los presentes a “sentirse agentes de la nueva evangelización siendo audaces ante la cultura del descarte”. A partir de ahí, les invitó a redoblar su “comprometido esfuerzo por hacer crecer en todas las dimensiones de la persona” a la sociedad, especialmente “a las nuevas generaciones”.

Misericordia y verdad

Junto a Bernadito Auza, en este acto inaugural también tomaron la palabra el presidente de la ACdP, Alfonso Bullón de Mendoza, el vicepresidente Marcelino Oreja, el director del Congreso, Rafael Sánchez Saus, y el consiliario de la entidad, Fidel Herráez.

Remitiéndose a las reflexiones del Papa Francisco que habitualmente suele llamara a una renovación desde la tradición para que la fe no sea considerada una pieza de museo, Bullón de Mendoza compartió la necesidad de trabajar en este congreso en aras de evangelizar desde un mano a mano entre “misericordia y verdad”. Por todo ello, deseó que este foro sea “fecundo y rico en frutos de fe esperanza y caridad”.

Desafío del cristianismo

El director del Congreso, Rafael Sánchez Saus, hizo un llamamiento para que estos días de reflexión sirvan como un “laboratorio de ideas y actitudes” para “salir al mundo con renovado espíritu apostólico”. “Estamos ante el mayor desafío del cristianismo del siglo XX: una redefinición del bien al margen del Evangelio”, sentenció, para llegar a afirmar que la Iglesia hoy llega a dibujarse en algunos foros como “el museo de los horrores”.

Frente a ello, centrándose en el lema de este foro, defendió que los principios cristianos “son realizables en ese mundo que a menudo percibimos como hostil” frente a la tentación de pensar que son “meros ideales hermosos pero utópicos en el mundo que nos ha tocado vivir”.

Partiendo del congreso del año pasado que se centró en el fenómeno de la “corrección política”, Sánchez Saus la presentó como “la mega ideología de nuestro tiempo” que viene promovida desde “grandes corporaciones” y “organismos internacionales que proyectan agendas que determinan hasta el mínimo detalles de la vida”.

Opinión vacilante

Marcelino Oreja, como vicepresidente de la ACdP, apuntó que la necesidad de “preocuparnos de un legado que puede llevar a la sociedad un mensaje de esperanza”. Oreja advirtió de que nos movemos en “un ambiente que amenaza con ser disolvente para las convicciones del propio creyente”. Es más, llegó a denunciar “la opinión vacilante de algunos católicos”.

El consiliario nacional de la ACdP, Fidel Herráez, destacó que “tenemos el derecho y el deber de recibir, trasmitir e incrementar” el don recibido de la fe. El también arzobispo emérito de Burgos planteó que “la fuerza de nuestra fe se mide por la capacidad de comunicarla a los demás, de vivirla en la caridad y de dar testimonio”.  Remitiéndose al Concilio Vaticano II y a la homilía del Papa Francisco en la eucaristía con motivo de los 60 años de su arranque, para subrayar el papel de los laicos en la Iglesia para “anunciar aquí y ahora el Evangelio”.

Para Herráez, los católicos han de pasar “de una actitud de resistencia a una actitud de influencia positivista” para “transmitir lo esencial”. En este sentido, reclamó a los presentes “conversar con fidelidad dinámica el legado recibido para mejor servir a la Iglesia a la sociedad” con dosis de “creatividad”.

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