El ITVR comienza el curso poniendo la mirada en la renovación de la vida religiosa

Paulson Veliyannoor, subdirector del Instituto de Vida Consagrada de Sanyasa en la India, impartió la lección inaugural

El Instituto Teológico de Vida Religiosa (ITVR) y la Escuela Regina Apostolorum (ERA) ya han inaugurado el nuevo curso escolar renovando sus propuestas formativas el pasado 29 de septiembre. “Para nosotros, el empezar implica también el esfuerzo de revisitar los interrogantes que hoy acucian a la vida consagrada, queriendo integrarlos en nuestra tarea intelectual”, señaló Antonio Bellella, director de ambos centros. Y es que el objetivo es claro para el director: “Queremos identificar y analizar las cuestiones candentes para la vida consagrada en nuestro tiempo”.



El cardenal claretiano Aquilino Bocos presidió la misa del Espíritu Santo en el Santuario del Inmaculado Corazón de María de Madrid e invitó a estudiantes y docentes a saber acoger, con disposición creyente, los contenidos bíblicos, históricos, teológicos y espirituales que se ofrecen en los centros.

Una nueva vida religiosa

El provincial claretiano Adolfo Lamata abrió el acto académico invitando a “ser lúcidos ante las realidades de nuestro mundo y encarnar el pensamiento en las grandes preguntas y desafíos que la vida consagrada tiene hoy. Entre todos, sin duda, tenemos que descubrir los caminos y las formas más apropiadas”. La profesora y secretaria del ITVR-ERA, Laura Zamora, presentó  la memoria del curso anterior, un año en que las publicaciones de los profesores suman más de varias docenas de artículos y el crecimiento de la biblioteca especializada del ITVR, ronda ya los 75.000 volúmenes, a los que se suman cerca de 19.000 volúmenes de revistas encuadernadas y accesibles para los estudiantes, profesores e investigadores.

Paulson Veliyannoor, subdirector del Instituto de Vida Consagrada de Sanyasa en el estado de Bangalore (India), impartió la lección inaugural: “Arraigada en el futuro, audaz en el presente. Una visión evolutiva de la vida consagrada”. Especialista en psicología clínica señaló la “acidez” que a muchos católicos les provoca el estado actual de la vida consagrada, “su pérdida de relevancia y la sensación de degeneración y decadencia que la envuelve”. Frente al posible “pánico”, el profesor claretiano destacó que el seguimiento radical de Cristo que define a los consagrados “es un deseo expreso de Cristo y, por tanto, no puede dejar de existir”. Lo que experimentamos en la historia actual de la vida religiosa “debe verse desde una perspectiva evolutiva en la que una forma de ser muere, pero da paso al nacimiento de otras más nuevas y vitales”, sentenció.

Para el profesor “la oscuridad que los religiosos vivimos en la historia actual no es la oscuridad de la tumba, sino la del vientre que nutre una nueva vida, una nueva y apasionante forma de vida consagrada que espera nacer”. “Los consagrados estamos hoy en un parto colectivo”, y en esta situación “debemos seguir respirando y empujando”, añadió. “Si no lo hacemos, retrasamos e incluso ponemos en peligro el nacimiento de la nueva especie de vida consagrada que está esperando”, propuso.

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