La vida cristiana es un arte bello y complejo que no tiene medidas fijas y no puede encerrarse ni en los gestos que ayudan a que se dé a luz en nosotros. La última medida de la fe es la devoción como prontitud para con Dios
Despertar. De eso se trata. Despertar y mantenerse despierto. No intentar acercarse a Dios, sino despertar a su cercanía, atender a ella. Ir más allá del sueño de lo inmediato y atender a su presencia y a …