¿Hay libertad religiosa en el refugio del Rey Emérito?

La de Francisco fue la primera visita de una Papa a los Emiratos Árabes Unidos, un país de países como su propio nombre indica que ha sido el escenario de la firma del ‘Documento sobre la fraternidad humana por la paz mundial y la convivencia común’. Un país que se diferencia de la tradición musulmana menos moderada a la hora de afrontar la cuestión de la Libertad religiosa y la convivencia de los diferentes cultos. Ahora que la Casa Real española ha confirmado que el rey emérito, Juan Carlos I, se encuentra en este país desde el pasado 3 de agosto; Vida Nueva repasa algunas de las claves de cómo se vive la Libertad Religiosa en esta monarquía federal que aglutina siete emiratos.



Libertad de culto garantizada

Como se pudo ver en la misa del papa Francisco en su visita, la mayoría de los católicos no son originarios de los Emiratos. Los mismo puede decirse de la mayoría de los residentes en este país en medio del desierto. Según datos publicados por The Washington Post, de los aproximadamente 9,1 millones de personas que viven en los Emiratos Árabes Unidos, sólo el 11% son ciudadanos. Esto da un mapa religioso, aproximado –los datos son de 2005–, formado por un 76% de musulmanes, 9% cristianos y un 15% principalmente de hindúes y budistas, pero también sijs y judíos.

Así, aunque la constitución de clara que el Islam como la religión oficial del estado –condenando la blasfemia o el proselitismo de los no musulmanes–, también garantiza la libertad de culto siempre y cuando no contradiga el orden público o la moral. Los informes internacionales no han detectado problemas significativos al ejercer este derecho por parte de los no musulmanes.

Hotel Emirates Palace de Abu Dabi, capital de los Emiratos Árabes Unidos, desde donde Juan Carlos I sigue el ritmo de los acontecimientos.

Musulmanes controlados

En el país, destaca el periódico estadounidense, en medio de las modernas construcciones de las nuevas ciudades hay iglesias cristianas, templos hindúes, sijs o sinagogas. Estos edificios, por las leyes del país, se levantan en terrenos cedidos por el Gobierno. Existen leyes que prohíben la construcción de campanarios y la exhibición de símbolos como cruces en los tejados, pero el informe del Departamento de Estado indica que esas leyes no se aplican estrictamente. Además, se permiten fiestas de las distintas religiones.

El control de los espacio es un mecanismo gubernamental; pero, al mismo tiempo, existe un Ministerio de Tolerancia oficial. Como forma de tomar distancia contra grupos terroristas como el autodenominado Estado Islámico, los Emiratos Árabes Unidos han impulsado una imagen de coexistencia y respeto. Son así la muestra más evidente de lo que sería un “islam moderado”. Pero eso no es todo, los Emiratos Árabes Unidos controlan y monitorean la actividad de los musulmanes más que cualquier otra religión en la zona. Ya los radicales son para ellos la principal amenaza para su sistema hereditario de gobierno y seguridad nacional. Por eso en el país no ha triunfado la Primavera Árabe de 2011 o partidos como los Hermanos Musulmanes.

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