Enrique Lluc
Doctor en Ciencias Económicas

Trabajar fuera para aislar


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Había tenido suerte, para lo joven que era había encontrado trabajo pronto. Acabar su carrera y entrar en una gran empresa en la que cobraba un salario más que digno y tenía posibilidades de medrar según fuese estando más tiempo en ella, era algo por lo que había luchado largo tiempo y lo había conseguido.



Lo que le sorprendió es que lo enviaron a trabajar a la otra parte de España. No lo esperaba. Le habían preguntado si tenía disponibilidad para trabajar en otros lugares que no fuesen el suyo, por supuesto había dicho que sí, pero no esperaba comenzar a trabajar en un lugar tan alejado a su casa.

Pensó que sería algo transitorio y no le importó, era joven y así tenía posibilidad de conocer otras personas, otra manera de vivir, otros hábitos, se abrían ante él muchas posibilidades nuevas.

Ahora ya llevaba varios meses en su nuevo destino. Trabajaba mucho, muchas más horas de las que debería porque cuando volvía a su casa estaba solo ¿Para qué volver si nadie lo esperaba? Sus compañeros de piso trabajaban en la misma empresa, así que si uno se retrasaba, los demás también lo hacían, así volvían juntos.

teletrabajo

Ese mismo grupo era con el que salía de bares o al cine. Todavía no conocía a casi nadie de su edad del lugar, todo eran trabajadores de la misma empresa que venían, como él, de distintos lugares de España.

Se encontró por primera vez en su vida con un círculo de amistades muy reducido con los que lo compartía casi todo, trabajo, salir, casa, fines de semana…

Esto propiciaba que muchos sábados también fuesen a trabajar, porque así adelantaban cuestiones para la semana siguiente, nadie los obligaba pero se reforzaban entre todos y acudían a su puesto dispuestos a estar solo un rato de la mañana que con frecuencia se alargaba hasta la hora de comer o hasta la tarde.

Sabía que si hubiese estado en casa esto no habría pasado, porque allí tenía amigos, familia, otras cosas que hacer cuando salía de su trabajo y unos círculos de amistades que le hacían desear que acabase la jornada laboral para hacer otras cosas. Pero allí todo era diferente, lo mejor era trabajar, allí era donde se encontraban las personas a las que conocía, fuera de eso no tenía muchas cosas que hacer…