Especialista en desarrollo humano: “La mayoría de los mexicanos no perdona”

  • El maestro César Lozano Vázquez asegura que, si bien no se puede generalizar, las personas se acostumbran a vivir con las experiencias de dolor
  • El experto ha diseñado 12 pasos para que las personas heridas puedan resignificar su historia a favor de su crecimiento

El maestro César Lozano Vázquez, especialista en Desarrollo Humano y experto en procesos de humanización, afirmó que la mayoría de los mexicanos no perdona, sino que sólo se acostumbran a vivir con las experiencias de dolor.



Tras señalar que nuestro país se encuentra en una etapa transición, donde el tema del perdón ha tomado gran relevancia, el especialista refirió que entre las cosas que son más difíciles de perdonar para los mexicanos, están: la infidelidad y la traición, sí como el abandono de la figura paterna o materna, el abuso sexual, y cuando alguien agrede, lastima o mata a un ser querido.

Por ello, desde hace tiempo, César Lozano ha venido trabajando en este tema a través de un taller titulado: “Los 12 pasos para el perdón”, con la finalidad de que los participantes tengan la posibilidad de resignificar su historia.

Y es que –explica– cuando la persona es más consciente de sí, puede liberar una experiencia de dolor, y de esta manera ser más amorosa, más cercana y se integra mejor en la dinámica social; puede redireccionar sus decisiones a favor de su crecimiento, y no en la búsqueda de la expectativa del otro”.

Sin embargo, para Lozano es un hecho que la mayoría de los mexicanos todavía no estamos familiarizados con el tema del perdón, les cuesta trabajo, experimentan resistencias, por lo que ya se trabaja en una red de apoyo a fin de incidir gradualmente y motivar el proceso del perdón y de reconciliación en distintos ambientes.

Los 12 pasos del perdón

¿Cuáles son los 12 pasos para alcanzar el perdón? Explica: “El uno es retomar un daño, el dos la catarsis del daño y el tres la interpretación del daño. Lo que se hace es hablar del daño, llorarlo y verbalizarlo. En el paso tres se hace una comprensión del daño, para que, al expresarlo de una manera respetuosa y en un ambiente cálido, la persona comience a liberarlo, pues hace conciencia del mismo”.

El paso cuatro –continúa- tiene que ver con la cadena de daños. “Es la suma de ellos, desde los que hemos tenido en el vientre materno, hasta el proceso de nacimiento y las diferentes etapas biológicas que hemos tenido en relación con nuestra familia, trabajo y ambiente.

En el paso cinco se habla de los diferentes daños en la historia de la persona; el seis tiene que ver con las nuevas interpretaciones, y el siete busca revivirlos emocionalmente. “En estos pasos se hace conciencia de los patrones de comportamiento que tenemos”.

A partir del paso ocho “se da un salto mortal porque es la empatía con el enemigo; se trata de comprender al que me dañó; este paso no es tan sencillo”, pero es fundamental para poder llegar al perdón.

Sobre el paso nueve y diez –dijo– se trata de integrar el nuevo flujo de la emoción, que tiene que ver con resignificar la historia. “En estos pasos, así como en el 11 y 12 se habla de integrar el nuevo flujo y la nueva emoción, reinterpretar y volverlo a intentar”.

“De esta manera, la persona que está liberada, que ha podido comprender y perdonar al enemigo, siente la sensación de alivio, descanso, paz y serenidad, conciencia y claridad, que es el nuevo flujo. Habiendo esto, podemos interpretar que no todas las mujeres ni los hombres son iguales”.

Lozano Vázquez aclara que el taller se lleva a cabo bajo “dos reglas de oro”: la libertad de compartir el daño y la discrecionalidad de lo compartido.

Durante estos días, el taller se imparte en la Universidad Motolinía de la Ciudad de México. Informes: 5568-0559, extensión 1022 y 1042.

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