Celso Morga rechaza ordenar sacerdotes a hombres casados en la Amazonía “incluso si prometen continencia”

  • El arzobispo de Mérida-Badajoz se muestra en contra de la propuesta que se estudiará en el próximo Sínodo
  • “No parece conveniente restaurar en las circunstancias actuales una práctica ya obsoleta”

El arzobispo de Mérida-Badajoz, Celso Morga, ha mostrado su desacuerdo con la posibilidad de ordenar sacerdotes a hombres casados, incluso “si se comprometen a la continencia”, ante la propuesta para el Sínodo de la Amazonía de ordenar a hombres ancianos casados en zonas remotas.

“Si se piensa que la Iglesia ha tratado de reducir esas ordenaciones por sus inconvenientes, y ordenar sólo hombres célibes, no parece conveniente restaurar en las circunstancias actuales una práctica ya obsoleta”, ha dicho el arzobispo español en un artículo publicado en la revista Palabra.

Celso Morga, que durante años fue secretario de la Congregación para el Clero del Vaticano, ha matizado, sin embargo, que “nada impide la ordenación de ancianos célibes o viudos, o incluso de personas casadas, si ambos cónyuges se comprometen a mantener la continencia”, aunque esta sea una práctica abandonada hace tiempo, cuya restauración no considera oportuna.

Ancianos, indígenas y con familia

“Es claro que la mentalidad corriente hoy no entendería esa continencia, pero éste no era el modo de pensar en las primitivas comunidades cristianas, mucho más cercanas en el tiempo a la predicación de Jesús y de los Apóstoles”, ha explicado. “Lejos de ser una disposición de origen puramente eclesiástico, humana y susceptible de derogación, aparece como una práctica con origen en el mismo Jesús y en los Apóstoles, mucho antes de ser establecido por las leyes”, subraya en el artículo.

Estas declaraciones del arzobispo surgen en medio del debate surgido por el instrumento labores sobre el próximo Sínodo de la Amazonía, convocado por Francisco para el próximo mes de octubre en Roma y que, entre otros temas, abre la posibilidad a que hombres casados – que reúnan determinadas condiciones – puedan ejercer el ministerio sacerdotal.

Estos hombres serían “personas ancianas, preferentemente indígenas, respetadas y aceptadas por su comunidad, aunque tengan ya una familia constituida y estable, con la finalidad de asegurar los Sacramentos que acompañen y sostengan la vida cristiana”, pensando en “las zonas más remotas de la región”.

Una opción que, entre otros, ha sido apoyada por el cardenal Reinhard Marx, presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, pero rechazada por el cardenal africano Robert Sarah, prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, quien considera que sería “desdeñoso y humillante”.

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