Pere Roquet: “La Biblia fue el primer caso de globalización”

  • El coleccionista andorrano presenta en el CaixaForum de Madrid la exposición ‘La Biblia. Un viaje por las lenguas del mundo’
  • Tras 26 años de búsqueda, este banquero jubilado ha conseguido reunir 1.600 ejemplares en más de 1.900 lenguas distintas

“El trayecto hasta esta exposición es largo y difícil. He viajado por muchos lugares del mundo para conseguir biblias, pero es imposible tener una colección completa, porque se ha traducido a más de 3.000 lenguas. Y yo, en 26 años, desde que tenía 63, he podido reunir 1.600, que son las que se muestran en esta exposición”.

Así presentó esta mañana el coleccionista andorrano Pere Roquet en el CaixaForum de Madrid la exposición La Biblia. Un viaje por las lenguas del mundo, organizada por “la Caixa” con la colaboración del Gobierno de Andorra y el Arciprestazgo de Andorra, y que muestra ejemplares en más de 1.900 lenguas distintas procedentes de los cinco continentes.

Entre las biblias expuestas, que se podrán ver hasta el próximo 1 de septiembre, destacan ejemplares como la Biblia Septuaginta o en esperanto; libros leídos en la clandestinidad, como una Biblia procedente de Corea del Norte; volúmenes en lenguas minoritarias o en peligro de extinción, así como adaptaciones a nuevos lenguajes, como una Biblia en formato cómic.

exposición de biblias en el caixaforum de madrid junio 2019

“La que más trabajo que costó conseguir fue la de Corea del Norte, donde está prohibida. Pero las hacen llegar desde Corea del Sur, en un globo hinchado con gas que sube hasta los hasta 6.000 metros de altura para luego dejarlas caer desde el cielo en el otro país, sin que que la policía les vea, claro”, expone ante la prensa este alto ejecutivo bancario jubilado.

Guarda especial cariño a la primera que consiguió en la región keniana de Turkana, gracias a un misionero comboniano que se la facilitó en esa lengua. “Una que también me costó conseguir fue una del Reino de Bután, donde solo hay un 2% de cristianos. Tuve que esperar a que fuese un misionero desde Singapur para conseguirla. Como con todas, ha sido cuestión de paciencia, ilusión y constancia. Y me he divertido mucho y he podido aprender mucha geografía mundial gracias a las biblias”.

“Sigue siendo un libro muy desconocido”

Y es que, además de ese empeño coleccionista, Pere Roquet insiste en valorar en sí mismo este libro “que sigue siendo muy desconocido”, afirma. “La Biblia han sido extraordinaria para la difusión de la cultura occidental, el primer caso de globalización y uno de los fundamentos para conservar vivas muchas lenguas que solo eran orales. Solo en la India hay 146 biblias traducidas. Y 46 en Indonesia, un país mayoritariamente musulmán. Y de Rusia, con 75 años ateísmo militante, tengo 85 biblias ortodoxas en distintas lenguas…”.

“Me resulta imposible decir cuál es el ejemplar más valioso de la colección. No he hecho una colección de cosas valiosas, sino muy corrientes, que eran leídas por gente muy sencilla. No era importante el valor económico. El problema para mí era el obtenerlas, más que el económico”, añade.

Ahora, aunque ya ha donado la colección a Andorra, sigue dándole vueltas a cómo conseguir más ejemplares. “Me faltan las difíciles”. Su ojo de coleccionista, por eso, está puesto ahora en regiones perdidas de Siberia, algún atolón remoto de Nueva Zelanda con 300 habitantes o en la Tierra de Fuego chilena. Allí, cuenta que hace unos años había una señora de unos 90 años que era la única que, según dato de la UNESCO, hablaba la lengua originaria del lugar, el ieeags. Por eso le gustaría tener una biblia escrita en ese idioma. “Imagínese, si esa señora se ha muerto, esa lengua se ha extinguido con ella…”. Por eso quiere ese ejemplar, para que al menos no todo desaparezca.

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