La Iglesia Latinoamericana ya tiene traducción propia de la Biblia

Biblia de la Iglesia en América

“Hagamos tres tiendas”. Es la propuesta que lanza Pedro a Jesús con impronta vallisoletana. “Hagamos tres carpas”, le propone el primer Papa a su maestro con acento del Sur. El matiz de una palabra. El poder de la Palabra. Pero, sobre todo, la Palabra al servicio del pueblo. En concreto, para los millones de hispanohablantes del continente americano. Para ellos, el CELAM ha trabajado durante quince años con el fin de contar con una traducción propia de la Sagrada Escritura.

El pasado 14 de mayo, en el marco de la 37ª Asamblea General del CELAM, tuvo lugar la puesta de largo de la Biblia de la Iglesia en América, conocida ya como BIA. “No se trataba de hacer una Biblia que reemplazara a las demás, sino que completara. Por eso buscamos una traducción amable y accesible: que el lector la leyera y entendiera sin necesidad de intérpretes, intermediarios o diccionarios”, defiende el presidente del Episcopado chileno, Santiago Silva Retamales, que ha capitaneado el trabajo en el que han intervenido 26 traductores. Y, todo, de la mano de PPC, encargada de la publicación.

15 años de trabajos

La BIA dio sus primeros pasos en 2004, de manos de los obispos de Estados Unidos, que demandaron un texto bíblico para sus comunidades hispanas. En Washington se tomó la decisión en firme de financiar durante diez años un proyecto que asumirá el CELAM.

Ya en 2011 se publicaron los cuatro Evangelios y, en 2015, el Nuevo Testamento, que cuenta con el visto bueno del papa Francisco. “Desde el primer momento, la respuesta que hemos recibido ha sido de agradecimiento, sobre todo de sacerdotes y de religiosas, porque nos cuentan que les hemos facilitado la tarea a la hora de preparar sus celebraciones y sus catequesis”, apunta Retamales, que pone en valor el valor pedagógico pastoral de las notas al pie incluidas.

Noticias relacionadas
Compartir