Carmen Bernabé Ubieta: “Para la sociedad es importante que la mujer interprete la Biblia desde la perspectiva feminista”

  • La directora de la Asociación Bíblica Española participa en la II Jornada de Religión y Género, que se celebra en Bilbao
  • “Mirando así los textos se vería que ciertas posiciones que se piensan voluntad de Dios son fruto de unos esquemas sociales”

Carmen Bernabe

Carmen Bernabé Ubieta es doctora en teología y una de las ponentes de la II Jornada de Religión y Género, que se celebra en la Universidad del País Vasco (UPV) los días 25 y 26 de julio bajo el título ‘¿Es posible un feminismo cristiano en el siglo XXI? Reflexiones desde la Historia, la Sociología y la Teología’.

Ha sido, además, recientemente elegida como directora de la Asociación Bíblica Española (ABE) por un nuevo periodo de tres años, motivo por el cual su participación en las jornadas va a ser por medio de una conferencia sobre la ‘Interpretación feminista de la Biblia’.

PREGUNTA.- En los últimos años está habiendo mucha interpretación feminista de los textos sagrados, no solo de la Biblia. ¿Por qué es necesario hacer esta relectura?

RESPUESTA.- Los textos sagrados de las diferentes religiones son importantes precisamente porque transmiten una experiencia fundante de cada una de ellas. Son textos a los que se remite, en cada una de las generaciones, a aquellas personas que conforman esa religión y que comparten esa fe. Ahí es muy importante, primero, cómo se considere el texto y el lugar desde donde se interprete. No es lo mismo considerar que es un texto revelado que inspirado. El judaísmo y el cristianismo consideran que el texto es inspirado, es decir, que quien escribe el texto pone de su parte.

Plasma sus aptitudes, las convenciones literarias que existían en ese momento y los esquemas de pensamiento y culturales de su sociedad y el momento en el que se escribe. Por eso, se establece una distancia entre el momento en el que se escribe y el momento en el que se interpreta. Esto no me lo invento yo, lo dice la Dei Verbum. Esto hace que, a la hora de interpretar, hay que tener en cuenta los géneros literarios, las formas de pensar de aquellos que son verdaderos autores.

Por otro lado, nadie interpreta en el vacío, se hace desde una experiencia, igual que nadie escribe en el vacío. Por eso, tomar conciencia del lugar de quien interpreta es muy importante, pero también hacerlo desde diferentes lugares, hacerle preguntas al texto desde distintas posiciones. Y es que el texto es algo vital, es la plasmación de una experiencia religiosa que se tuvo como liberadora y que se pone por escrito para que se vuelva a hacer liberadora, y eso es lo que hay que conseguir desde el hoy de cada comunidad.

Por eso, que las mujeres desde su perspectiva y su lugar interpreten el texto, y lleven a cabo esa preocupación de que sea liberador para sus situaciones es muy importante para ellas, como mujeres, pero también para la comunidad y la sociedad. Al interpretar desde distintas situaciones vitales se hacen diferentes preguntas al texto, y esto permite descubrir posibilidades en ese texto.

P.- Si hiciéramos un pequeño ejercicio de imaginación, pensando en si siempre se hubiera hecho esa lectura feminista de los textos, ¿qué cosas serían distintas hoy?

R.- Algunos textos están escritos, evidentemente, desde una perspectiva patriarcal. Pero hay que entender los esquemas en los cuales han sido escritos esos textos. ¿Qué habría cambiado si esta perspectiva se hubiese aplicado e, incluso, si, siguiendo al Concilio Vaticano II, se hubiera tenido más en cuenta? Se hubiese visto que, ciertas posiciones que se piensan queridas por Dios o voluntad de Dios y, por ello, incambiables, son fruto, más bien, de unas posiciones históricas y de unos esquemas sociales.

Tener en cuenta que la historicidad está dentro de los textos, de la configuración de la Biblia y, con ello, del cristianismo, hace que estemos siempre en camino de buscar la mejor forma de que ese mensaje de liberación y de humanización plena que está plasmado en la Escritura, tiene que hacerse real en cada momento. Por eso, habría que interpretarlo buscando el Espíritu, y no tanto al pie de la letra como se hace en el mundo ahora mismo.

P.- Entonces, una de las cosas que serían diferentes es el papel de la mujer en la Iglesia.

R.- Claro. Se vería claro que algunos aspectos son productos, precisamente, de esos esquemas culturales con los que los autores plasmaban el mensaje, pero que no responde a la voluntad de Dios. Según algunos esa voluntad debe permanecer inamovible, pero, realmente, esa voluntad inamovible se debe contemplar como histórica.

P.- ¿Está la Iglesia dispuesta a aceptar una perspectiva feminista?

R.- Al menos, debería. Todo esto está en el Concilio Vaticano II y en la Dei Verbum en unos principios generales a los que yo he aplicado la perspectiva feminista, de la misma manera que se puede mirar desde la perspectiva de los pueblos oprimidos por medio de la teología de la liberación. Son acercamientos que están recogidos y aceptados en documentos oficiales como es la interpretación de la Biblia en la Iglesia de la Pontificia Comisión Bíblica de 1993, pero a veces no se tienen en cuenta ni siquiera estos mismos documentos oficiales.

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