Adolfo Canecín instó a reconocer errores y solidarizarse con los que más sufren, sobre todo los que viven en zonas de conflicto
En el marco de las celebraciones de Navidad, el obispo de Goya, Adolfo Canecín, se hizo eco del mensaje navideño del papa León XIV y convocó a todos los miembros de la diócesis a asumir la responsabilidad para lograr una paz verdadera y a vivir plenamente la unidad.
Asumiendo como propio el mensaje pontificio, Canecín expresó que el nacimiento de Jesús no se refiere a un evento histórico, sino al “nacimiento de la paz”. Y comentó que el eje central de la exhortación papal radica en la responsabilidad individual. Al igual que el Pontífice, el obispo expresó que el mundo cambiará solo cuando cada persona reconozca sus propias faltas, pida perdón y se solidarice con los más débiles, como hizo Jesús que nació en un pesebre para identificarse con los marginados y excluidos.
Asimismo, el prelado goyano también mencionó las heridas del mundo actual, pidiendo oraciones y un mayor diálogo por la paz en Medio Oriente, por el conflicto entre Rusia y Ucrania, la situación de Haití y de América Latina; los hermanos y hermanas de Sudán, Sudán del Sur, Malí, Burkina Faso y la República Democrática del Congo.
También ha pedido al niño de Belén paz y consuelo para las víctimas de todas las guerras que se libran en el mundo; y para quienes sufren a causa de la injusticia, la inestabilidad política, la persecución religiosa y el terrorismo. No faltó el recuerdo hacia quienes sufren el drama de la migración y la falta de trabajo, recordando que Jesús se identifica con cada uno de ellos.
En esta octava de Navidad, espera que el Niño Jesús inspire a quienes tienen responsabilidades políticas en América Latina para que, al enfrentar los numerosos desafíos, se de espacio al diálogo en la búsqueda del bien común, lejos de las exclusiones ideológicas y partidistas.
Invitó a “prolongar” el misterio de la Encarnación, permitiendo que la luz del recién nacido penetre en cada rincón de la vida cotidiana antes de concluir este Año Jubilar de la Esperanza. Y mencionó las palabras de León XIV: “Se cerrarán las Puertas Santas, pero Cristo, nuestra esperanza, permanece siempre con nosotros. Él es la Puerta siempre abierta”.
Concluyó renovando su deseo de una Navidad serena para cada una de las familias y comunidades diocesanas.