El escritor y periodista David González
Desde la muerte del dictador en 1975, su familia ha vivido décadas de privilegios, conflictos, silencios, escándalos y disputas internas marcadas por la herencia del poder y el peso de la memoria. En ‘La familia Franco 50 años después. Traiciones, secretos y una fortuna perdida’ (La Esfera de los Libros), David González recorre cinco décadas de historia familiar para mostrar cómo el franquismo sobrevivió a la democracia no solo en bienes y relaciones, sino también en una nueva generación que ha decidido dar la batalla pública por el legado del dictador.
PREGUNTA.- ¿Qué fue lo que más le sorprendió al investigar estas cinco décadas de historia de la familia Franco?
RESPUESTA.- Comprobar hasta qué punto el apellido Franco sigue teniendo capacidad de relación y de influencia dentro del poder social y económico en democracia. Lejos de diluirse con el paso del tiempo, la familia ha sabido mantenerse conectada a las élites a través de matrimonios, redes sociales y posiciones estratégicas.
P.- El distanciamiento de la familia tras la muerte de Franco, ¿fue real o una estrategia?
R.- Al principio, fue sincero, especialmente por parte de los nietos mayores, que eran muy jóvenes cuando murió el dictador y quisieron construir su biografía al margen del apellido. Cada uno siguió su camino, pero con el avance de las políticas de memoria ese distanciamiento se reduce y aparece una unidad defensiva.
P.- La exhumación mostró una imagen de unidad en la familia, pero ¿qué tensiones había detrás?
R.- Existían diferencias personales y formas distintas de afrontar el legado familiar pero la exhumación llegó después de un largo proceso judicial y político Ante esa presión externa decidieron dejar a un lado los conflictos internos y proyectar una imagen de bloque unido. (…)
P.- ¿Qué peso tiene hoy la ideología política dentro de la familia?
R.- Hay una clara diferencia entre generaciones. Los nietos fueron mucho más prudentes y evitaron posicionarse públicamente, mientras que los bisnietos se han mostrado más activos visibles y combativos, especialmente en redes sociales y en el debate público. (…)
P.- ¿Eran realmente religiosos Franco y su familia?
R.- La religión funcionó en la familia Franco más como un conjunto de ritos sociales y una herramienta política del régimen, que como una fe profunda interiorizada.