José Antonio Satué hace balance de sus 100 días al frente de la diócesis y marca su prioridad en los más pobres
No solo Pedro Sánchez ha hecho balance de su gestión este lunes, 15 de diciembre. El obispo de Málaga, José Antonio Satué, también lo ha hecho cuando se cumplen cien días de su llegada a la diócesis andaluza. En medio de la polémica por las declaraciones del presidente de la Conferencia Episcopal Española, Luis Argüello, justificó que haya desinterés por la política, que se ha convertido en un “lodazal”, ahora bien, ha defendido que “no podemos pasar de política si queremos ser ciudadanos responsables”.
Ha hecho estas declaraciones en una entrevista dentro de la programación local de Cope Málaga. Para Satué, la Iglesia, tanto obispos como laicos, tiene “una palabra que dar” desde la serenidad y, sobre todo, desde la humildad. “Si los políticos y los obispos, cuando hablamos de política, dijéramos lo mismo que estamos diciendo, pero con humildad, yo creo que construiríamos una sociedad un poco más vivible”, propuso.
Para el prelado, los obispos son, sobre todo, “pastores de todos, de los de izquierdas, de los de derechas, de los de centro”, y por ello su participación tiene que ser “más moderada”.
Satué ha mostrado su preocupación por los nuevos rostros de la pobreza como son las “personas que teniendo trabajo no tienen suficiente para poder pagar el alquiler de una vivienda”. Así, ha defendido que “la opción de la Iglesia siempre es por aquellos que están más desahuciados, por aquellos que tienen todas las pobrezas”.
También denunció la lacra de la violencia machista ante la que, insistió, “no podemos titubear” sino que “tenemos que estar cerca de las víctimas siempre, siempre” más allá de los componentes ideológicos. “No voy a hacer nada por irme de aquí, pero estoy disponible para la Iglesia”, añadió al mirar su propio horizonte destacando los proyectos que tiene la Iglesia en Málaga.