El Papa norteamericano se estrena ante la imagen de la Virgen en la Plaza de España de Roma
León XIV ante la Inmaculada de la Plaza de España
León XIV cumplió esta tarde con la tradición papal de rezar por la humanidad ante la imagen de la Inmaculada Concepción de María que está ubicada frente a la Embajada de España ante la Santa Sede.
El Pontífice llegó a la Plaza de España a bordo del papamóvil en torno a las cuatro de la tarde, donde fue recibido por el alcalde de Roma, Roberto Gualteri, y por el cardenal vicario, Baldassare Reina. Flanqueado por el sustituto de Secretaría de Estado, Edgar Peña Parra, el Papa rezó en silencio ante la escultura, que portaba una corona de rosas blancas que por la mañana depositaron los bomberos de Roma.
Tras un canto comunitario, el Papa bendijo un centro floral que se depositó a los pies de la columnata de mármol de más de veinte metros. Fue Pío XII quien empezó a enviar flores a la Plaza de España en la Solemnidad de la Inmaculada y Juan XXIII se convirtió en 1958 en el primero en acudir a la Plaza de España.
En su oración, León XIV quiso poner en manos de la Virgen especialmente a los peregrinos que han participado en el jubileo de la esperanza, además de “una humanidad probada, a veces aplastada, humilde como la tierra”.
El Papa expresó su deseo de que, una vez que se clausure este Año Santo, de puedan abrir “otras puertas” santas “de hogares y oasis de paz donde pueda florecer de nuevo la dignidad, enseñar la educación en la no violencia y aprender el arte de la reconciliación”.
En este sentido, León XIV quiso ejercer de portado de “las tristezas y las angustias de nuestros contemporáneos, especialmente de los pobres, y de todos los que sufren”.
“Inspira sueños, visiones y valentía”, deseó en otro momento el Pontífice, convencido de que “nada es imposible para Dios”. “Ayúdanos a ser siempre Iglesia con y entre el pueblo, levadura en la masa de una humanidad que clama justicia y esperanza”, expresó Robert Prevost.
Al finalizar su oración, el Papa saludó, entre otros, al cardenal Luis Antonio Tagle y a la embajadora de España ante la Santa Sede, Isabel Celaá, así como a un grupo de enfermos y de bomberos.