El Papa anima a vivir el tradicional concierto con los pobres como un acto de revelación y no solo de beneficencia
Esta mañana, el papa León XIV ha recibido en audiencia a los organizadores y artistas del Concierto con los pobres, que celebrará su sexta edición este sábado en el Aula Pablo VI. Durante el encuentro, el pontífice ha subrayado que este evento, impulsado por Francisco, “se está convirtiendo en una hermosa tradición” que se enmarca en la preparación para la Navidad, cuando se celebra a un Dios que “se hace cercano y pobre por nosotros”.
En su discurso, León XIV ha recordado que el misterio de la Encarnación revela el amor de Dios hacia la humanidad: “En Jesucristo, Dios mismo sale en busca de la ‘oveja perdida’, la humanidad sufriente y extraviada”. Y ha añadido: “Dios se hace niño, se entrega al cuidado de padres humanos, se ofrece por cada uno de nosotros. Es la imagen del amor divino que viene a salvarnos”.
En este contexto, el Papa ha querido dejar claro el sentido profundo del concierto. “No se trata solo de una actuación de buenos artistas ni de un momento de solidaridad para calmar la conciencia ante las injusticias sociales”. Según ha dicho, este evento debe leerse a la luz de las palabras evangélicas: “Todo lo que hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí me lo hicisteis” (Mt 25,40).
“Si amamos concretamente al que tiene hambre y sed, al que está sin ropa, enfermo, extranjero o preso, estamos amando al Señor”, ha insistido. Y ha remarcado: “No estamos en el horizonte de la beneficencia, sino de la revelación: el contacto con quien no tiene poder ni grandeza es una vía inmediata para encontrarse con el Señor de la historia”.
Por ello, ha defendido que los “hermanos y hermanas más frágiles” ocupen “los primeros puestos” en el concierto. “La dignidad humana no se mide por lo que se posee. No somos nuestras cosas, sino hijos amados de Dios”, ha afirmado.
En su intervención, León XIV también ha reivindicado el valor de la música en la experiencia cristiana. “En la liturgia, el canto no es un simple fondo, sino una elevación del alma”, ha señalado. Recordando a san Agustín, ha exhortado a los artistas: “Cantad y tocad con arte, y sobre todo, con el corazón. La música puede ser una forma de amor, un camino de belleza que conduce a Dios”.
Antes de finalizar, el Papa ha agradecido la implicación de todos los que hacen posible el evento, desde el cardenal vicario Baldo Reina y monseñor Marco Frisina hasta la actriz Serena Autieri, Michael Bublé y su banda, y el resto de artistas y entidades colaboradoras.