La Guardia Civil realiza el inventario de las obras incautadas en el monasterio de Orduña que presuntamente podrían ser puestas a la venta por las ex clarisas
Piezas incautadas por la Guardia Civil del monasterio de Orduña
Hasta treinta piezas recuperó la Guardia Civil durante el registro que realizaron la semana pasada en el convento de Orduña, en el que habita parte de la comunidad cismática de Belorado. Así lo ha compartido la Benemérita sobre unas obras de arte que ya están bajo su custodia tras constatar que las ex monjas tenían la intención presuntamente de venderlas. Este particular ‘botín’ pertenecería al monasterio burgalés de Santa María de la Bretonera y fue trasladado sin el permiso correspondiente de las ex clarisas al convento vizcaíno dentro de la mudanza que vienen realizando desde el pasado verano ante el inminente desahucio de Belorado.
En el inventario llevado a cabo por los agentes se hay obras de patrimonio histórico como lienzos, pinturas, tallas, cruces, procesionales, pergaminos, libros y pequeñas estatuas. Aunque la Benemérita no ofrece cifras exactas, sí apunta que son piezas de “gran valor” que estarían tasadas en “decenas de miles de euros”. La mayor parte, según explica la Guardia Civil, están pendientes de “análisis, estudio, adaptación y catalogación”. Será el Museo de Burgos quien ayudará a estas a tareas, siempre bajo la supervisión del Juzgado de Instrucción de Briviesca.
Entre las obras incautadas más relevantes, se encuentran dos lienzos del siglo XVII: ‘Estigmatización de San Francisco’ y un a ‘Inmaculada’. El objeto hallado más antiguo es un Crucificado del siglo XIV, si bien la cruz que lo sostiene es más moderna.
De la misma manera, rescataron un testamento atribuible a la abadesa María de Velasco de 1556, que fue encontrado en una de las celdas del Monasterio de Orduña.
La pieza más curiosa de todas las que forman parte del ‘botín’ es una imagen de Nuestra Señora de la Bretonera, que da nombre al monasterio de Belorado. Se trata de una talla de madera policromada del siglo XVI, aunque las vestiduras serían de una época más moderna, posiblemente del siglo XX, bordado en oro.
En principio, la investigación seguiría abierta, con tres acusados de presuntos delitos de apropación indebida y receptación: la ex abadesa sor Isabel de la Trinidad, su compañera sor Paloma y un anticuario de León.