Europa

Ecumenismo en el lago de Iznik

| 28/11/2025 - 19:46

León XIV y Bartolomé I primero han rezado hoy juntos el Credo en una convocatoria que dificilmente volverá a repetirse





En los numerosos viajes en los que he podido acompañar a los papas, les he visto celebrar actos litúrgicos o sociales en muy diversos escenarios: por supuesto iglesias católicas o no, sinagogas, mezquitas, pero también campos deportivos, aeropuertos, patios de prisión o universidades, selvas africanas, palacios presidenciales, parlamentos e incluso la sede neoyorkina de la Organización para las Naciones Unidas.



Tengo mis dudas si pueden competir con el que se ha vivido esta tarde en Iznik: delante de un lago cuyas azules aguas se confundían con el cielo y ante las ruinas de una basílica construida hace mil seiscientos años, descubierta hace apenas diez años y templo en el que se desarrollaron los treinta días que duraron las sesiones del Concilio Ecuménico de Nicea.

Representación casi total de la ‘ecúmene’

El de Iznik, por supuesto no es el lago de Tiberíades, tan habituado a la presencia del Señor y sus apóstoles: no puede competir en belleza con otros (los de Como o Ginebra por citar solo dos), pero nadie puede arrebatarle un significado tan profundo para los dos mil quinientos millones de cristianos que hoy habitan en el planeta.

León XIV, junto a Bartolomé I en el lago de Iznik

Casi todos ellos (faltaba el Patriarcado de Moscú, enfrentado con Constantinopla por razones que aquí no vamos a valorar) habían respondido a la invitación de Bartolomé I: armenios, coptos, luteranos, evangélicos, anglicanos, siros, greco-católicos, ortodoxos, etc. La representación casi total de la ‘ecúmene’ como nunca antes había sucedido. Razones suficientes para ensalzar a Dios y al Espíritu Santo que han inspirado a León XIV y a Bartolomé una convocatoria que muy difícilmente volverá a repetirse.

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