El oficial del Dicasterio para la Doctrina de la Fe especialista en abusos clausura las Jornadas Pro+Tejiendo de la Universidad Complutense
Jordi Bertomeu, en la clausura de las Jornadas Pro+Tejiendo
“Gracias por ser políticamente incorrecto”. Desde el auditorio, alguien agradece a Jordi Bertomeu la claridad con la que expone la lucha antiabusos que debe abanderar la Iglesia y la autocrítica sobre las lagunas que aún se ciernen sobre la institución. El oficial del Dicasterio para la Doctrina de la Fe y enviado personal del Santo Padre en Misiones Especiales vinculadas a la lacra de los abusos fue el encargado de clausurar las II Jornadas Pro+Tejiendo, organizadas por la Cátedra Extraordinaria Pro+Tejer en la Universidad Complutense de Madrid en la Facultad de Educación.
“Vigilancia, vigilancia, vigilancia”, reclamó el sacerdote de Tortosa, como principal herramienta para la prevención, pero también para detectar cualquier actitud y comportamiento que pudiera esconder tras de sí un abuso de poder, conciencia, sexual o económico.
“Hemos destrozado vocaciones, inocencias, esperanzas”, señala este cura que se ha convertido también en el acompañamiento a víctimas, como comisario liquidador del Sodalicio de Vida Cristiana, el movimiento disuelto por el papa Francisco que tenía su epicentro en Perú.
Desde ahí, no tiene duda de cómo el Derecho Canónico debe ser una herramienta clave para poner coto a los abusos. “Primero justicia y después misericordia”, dijo sobre cómo ha de ser el proceder de la Iglesia ante esa lacra. “Como bien sabemos, la justicia y la misericordia se abrazan, pero la justicia no puede faltar en un primer momento”.
A lo largo de su intervención, y a la luz del Sodalicio, también reflexionó sobre la pertinencia o no de mantener determinadas realidades eclesiales donde los abusos van más allá de los delitos cometidos por algunos de sus miembros para descubrir que se trata de algo estructural, que está en la raíz. Esto llevaría a investigar, porque pudiera ser que en estos grupos no hay carisma, tal y como lo define la Iglesia, y deberían disolverse. “Para determinar si un carisma auténtico o no, falta tiempo, no es fácil. Suele haber frutos buenos, Pero en caso de un falso carisma, los frutos buenos lo son de las cualidades de la persona. No todo depende de un carisma estropeado…”, apuntó.
A partir de ahí, reconoció que en estas realidades eclesiales “hay buenas personas que pueden dar fruto”. “No todo depende de un carisma estropeado, hay una base humana de bondad, de entrega, de idealismo, de gente con un ‘background’ que puede resistir con su fe a un abuso sistémico”, apuntó, para subrayar que el hecho de “salvar” a estas personas no justifica salvar a la institución contaminada. De hecho, a la vez compartió que “hay gente más frágil que no es capaz de soportar de hacer frente a un falso carisma” con consecuencias letales.
A lo largo de su diálogo con quienes participaban en las jornadas, advirtió de cómo el abuso de poder, conciencia, sexual y económicono solo se da en entornos vinculados al clero y a la vida religiosa, sino que la proliferación en los movimientos laicales es una tendencia creciente, como demuestra el caso Sodalicio.
“Estamos viendo a gente que pasa por estos movimientos, que viven una espiritualidad falsa y que están transmitiendo estos sistemas abusivos a sus propias familias”, sentenció. Y añadió justo después: “No puede ser que un carisma sea verdaderamente de Dios, cuando yo estoy haciendo daño a mi familia. Dios no juega a los daños colaterales”.
Esta reflexión le llevó a asegurar que “se han aprobado en el pasado con excesiva ligereza determinadas asociaciones de laicos”. Por ello, reivindicó la figura del obispo como aquel que ha de acompañar, tutelar y velar “de una manera más estricta” a estos grupos que van naciendo y expandiéndose.
Al finalizar la intervención de Bertomeu, Rosario Gonzalez Martín, como directora de la Cátedra Extraordinaria Pro+Tejer, clausuró estas jornadas con el convencimiento de que “debemos dar un giro a la hora de asumir responsabilidades y tenemos la responsabilidad de dar este giro”.