Recuerda a los feligreses de Cuemanco -donde se ubica el templo- que al celebrar la fiesta anual de este santo se viva como un octavario, es decir con ocho días de preparación y festejo
Arzobispo primado de México, Carlos Aguiar en el santuario de san Judas Tadeo. Foto: Desde la fe
El cardenal Carlos Aguiar Retes, arzobispo primado de México, erigió un santuario dedicado a san Judas Tadeo, en la colonia Cuemanco, de la Ciudad de México.
Ante los feligreses, el cardenal pidió que al celebrar la fiesta anual de san Judas Tadeo, conocido en México como el ‘santo de las causas difíciles’ -el 28 de octubre- se viva como un octavario, es decir con ocho días de preparación y festejo, “siguiendo la tradición antigua que menciona el Primer Libro de los Macabeos”.
Previo al evento, celebrado el 21 de noviembre, el cardenal explicó que la parroquia de san Judas Tadeo ha acogido peregrinaciones de diferentes lugares, “quienes se encomiendan con profunda devoción a este gran apóstol, para obtener de Dios gracias especiales a través de su intercesión. Por lo que, después de haber escuchado al Consejo Presbiteral como lo establece el Derecho, con gusto he decidido erigir la citada parroquia como santuario san Judas Tadeo“.
De acuerdo con lo publicado por Desde la fe, órgano informativo de la Arquidiócesis de México, el cardenal apuntó que la verdadera casa de Dios es la comunidad misma: “somos nosotros el templo del Señor”, como enseña san Pablo.
Por lo anterior, hizo un llamado a los fieles a mantener viva la misión recibida en el bautismo y la confirmación, y dejar que la Eucaristía fortalezca el espíritu de unidad; asimismo, encomendó a la comunidad a san Judas Tadeo —a quien llamó un poderoso intercesor— y pidió que el nuevo santuario forme una comunidad “ferviente, alegre y dispuesta a ayudarse unos a otros”.
En ese contexto, el párroco de san Judas Tadeo, Tharcisse Rocundo, aseveró que esta elevación a santuario es considerada uno de los frutos de la estancia de la reliquia de san Judas Tadeo en la parroquia; también manifestó: “hemos visto una purificación de la devoción. Ya no se le considera solo el ‘patrón de los maleantes’, sino el intercesor de todos aquellos que necesitan ayuda. Muchos devotos han compartido testimonios de peticiones concedidas, lo que fortalece la fe de otros creyentes”.
