Vaticano

León XIV anima a los católicos de Letonia a ser “fuente de alegría y esperanza” en su país

| 24/11/2025 - 18:47

En el centenario de la primera peregrinación oficial letona a Roma, el Papa ha recordado el testimonio de Pedro y Pablo como “modelo de firmeza cristiana ante la adversidad”





“El Evangelio no tiene fronteras, y Roma sigue siendo la casa común para todos los cristianos”. Así lo ha afirmado este lunes León XIV al recibir en el Vaticano a la primera ministra y a los peregrinos llegados desde Letonia con motivo del Jubileo y el centenario de la primera peregrinación oficial del país báltico a Roma.



En su saludo, el Pontífice recordó que los apóstoles Pedro y Pablo “dieron en Roma el testimonio supremo del Evangelio convirtiéndose en mártires por la fe” y animó a los fieles letones a “tomar inspiración de su ejemplo”, especialmente en tiempos de incertidumbre como los actuales.

El Sucesor de Pedro evocó el viaje del papa Francisco a Letonia en 2018, en el centenario de la independencia del país, y subrayó que, ante los desafíos de hoy, “es necesario volver a Dios y dejarse fortalecer por su gracia”. Asimismo, refiriéndose al Jubileo como “una invitación a confiar en Dios y seguir a Cristo más de cerca”, el Papa citó las palabras de Zenta Mauriņa, recogidas por su predecesor durante aquella visita: “Vuestras raíces están en el cielo”.

Encontrarse con Dios

León XIV agradeció la evolución de las relaciones entre Letonia y la Santa Sede en los últimos años y celebró la presencia de la primera ministra letona en la peregrinación: “La esperanza no significa tener todas las respuestas, sino mantener los ojos abiertos al presente y reconocer las bendiciones que Dios nos concede aquí y ahora”.

En este sentido, el Papa ha invitado a los peregrinos a aprovechar el viaje como “una oportunidad para encontrarse con Dios en el silencio y en la oración”, lejos del ruido cotidiano.

Antes de despedirse, el Papa animó a los fieles a “dejar que esta peregrinación eche raíces en la vida diaria” y produzca frutos duraderos en sus comunidades. “Que la Iglesia en Letonia siga siendo fuente de alegría y esperanza para todos los letones”, concluyó.

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