El prelado greco-católico Teodor Martynyuk ha acompañado a las víctimas del bombardeo que dejó decenas de muertos y centenares de heridos en la ciudad ucraniana
Kryvyi Rih (Ukraine), 02/04/2025.- A handout photo released by the press service of the State Emergency Service (SES) of Ukraine shows Ukrainian rescuers working at the site of a rocket strike in Kryvyi Rih, central Ukraine, 02 April 2025, amid the Russian invasion. At least four people have been killed and 14 others injured after Russian shelling hit Kryvyi Rih, the Dnipropetrovsk Regional Military Administration reported. (Rusia, Ucrania) EFE/EPA/STATE EMERGENCY SERVICE OF UKRAINE HANDOUT -- BEST QUALITY AVAILABLE -- MANDATORY CREDIT: STATE EMERGENCY SERVICE OF UKRAINE -- HANDOUT EDITORIAL USE ONLY/NO SALES
“Pedimos oraciones por todos nosotros y, sobre todo, por las víctimas, por quienes han perdido a sus seres queridos o esperan aún noticias bajo los escombros”. Con estas palabras, recogidas por Vatican News, el arzobispo de Ternopil-Zboriv (Ucrania), Teodor Martynyuk, ha descrito el dolor de su comunidad tras el ataque ruso de la madrugada del 18 al 19 de noviembre, en el que se lanzaron más de 470 drones y 48 misiles sobre distintas regiones del país.
A las 6:30, hora local, las explosiones alcanzaron varios barrios de Ternopil. A media tarde, el balance era de 25 fallecidos —entre ellos tres menores— y 73 heridos, quince de ellos niños. Más de 200 viviendas quedaron destruidas o seriamente dañadas y cerca de medio millón de personas se han visto desplazadas. “Los sacerdotes de la eparquía, especialmente los capellanes, están asistiendo a los heridos trasladados a los hospitales”, ha explicado el arzobispo a medios vaticanos.
La Iglesia greco-católica ha activado centros de ayuda humanitaria, tanto en el lugar del ataque como en parroquias cercanas. “En nuestras estructuras estamos acogiendo a quienes se han quedado sin hogar”, ha señalado Martynyuk. Algunos están siendo alojados en el santuario mariano de Zarvanytsia, que desde el inicio de la guerra acoge a desplazados. “Proveemos lo necesario —insiste el prelado— para que las personas tengan un lugar donde calentarse y algo para comer, especialmente hoy, con tres grados bajo cero”.
Martynyuk ha visitado el lugar del impacto junto a otros sacerdotes para rezar por los fallecidos y acompañar a sus familias. También ha convocado vigilias de oración en todas las iglesias de la región: “Nos unimos en oración por las víctimas y damos gracias a todos los que nos apoyan en este momento difícil”.