El presidente de la Conferencia Episcopal Tarraconense confiesa que “la Iglesia ha aprendido o está aprendiendo con el tema de los abusos a menores”
Joan Planellas
“Ante casos como el del obispo Zornoza se deben aplicar medidas cautelares”. Así de claro se ha manifestado el arzobispo de Tarragona, Joan Planellas, quien este verano respondía a los sucesos de Jumilla y Torre Pacheco denunciando que “un xenófobo no puede ser un verdadero cristiano”. El también presidente de la Conferencia Episcopal Tarraconense manifiesta en una entrevista a ‘Público’ que “la Iglesia ha aprendido o está aprendiendo con el tema de los abusos a menores” y que se deben establecer parámetros “claros”.
“El tema de la presunción de inocencia es importante, pero después tienes que ser activo en los procedimientos”, afirma además, sabiendo que “el corte de navaja entre justicia y misericordia es muy fino”. Planellas defiende los procedimientos que se han ido imponiendo en los casos de menores y la colaboración con la Fiscalía a la que informa siempre “aunque esté prescrito”. Además denuncia que “los abusos de poder son más imperceptibles, son más difíciles de detectar”.
En otras cuestiones defiende que “la libertad de conciencia equivale a la libertad religiosa” y por eso apela a “una relación de respeto y de diálogo” ante las minorías. Incluso presume de que los marroquíes le han invitado a ir a su mezquita y lo hará. Sobre el fenómeno de Rosalía destaca que “hay una búsqueda de espiritualidad. En el fondo, detrás del disco, hay una búsqueda, un anhelo de algo más, de que no sea todo tan tangible”.
Pasando al tema de la mujer en la Iglesia el primado destaca que “pueden entrar en las diócesis en los procesos de decisiones”; aunque “no pueden ser curas, en los consejos donde se toman las decisiones importantes, sí están” como es el cado de la secretaria general canciller, la secretaria personal, la secretaria de la visita pastoral o la directora de la Fundación de las Escuelas Diocesanas en Tarragona – de los consejeros del obispo “más del 60% son mujeres”–.
Ante otras cuestiones como la bendición a homosexuales, recuerda que “la aportación de Francisco ha sido esta: escuchar, no condenar, aceptar, acompañar”. Aunque esto se vea polarizado. Y esto hace que “rezar el rosario en la puerta de una clínica abortiva es ideologizar y banalizar la oración y yo no estoy de acuerdo”. “Nosotros optamos [en la diócesis de Tarragona] por acompañar a las personas implicadas en un aborto provocado a través del proyecto Raquel, en el que se ofrece una atención individualizada en un proceso de sanación y reconciliación. Y también, en otro proyecto, que llamamos Ángel, ofrecemos a las mujeres con un embarazo imprevisto o de dificultad las alternativas y ayudas necesarias para hacer frente a sus nuevas realidades”, reivindica.
