León XIV con motivo de la Jornada Mundial de los Pobres recomendó la exhortación ‘Dilexi te’ que confirmó recibió en parte trabajada por Francisco
León XIV ángelus
Tras la celebración de la eucaristía en el Jubileo de los Pobres, el papa León XIV rezó el ángelus con los peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro. Ya el pontífice había saludado a las 12.000 personas que siguieron la misa por las pantallas antes del inicio de esta y los convocó para la oración mariana a mediodía. Tras el ángelus, el Papa el pontífice comerá en el Aula Pablo VI con 1.300 peregrinos de la Jornada Mundial de los Pobres, un acto organizado por la Familia Vicenziana.
El Papa denunció las persecuciones y discriminaciones de los cristianos en Bangladesh, Nigeria, Mozambique o Sudán. A todos ellos deseó la paz, también a las familias que han sufrido la masacre en el Congo, en la provincia de Kibu. Denunció además los bombardeos que siguen en Ucrania y lo que sufren las familias y la población civil. “No podemos acostumbrarnos a la guerra y a la destrucción”, clamó mientras prometió sus oraciones por las víctimas del accidente automovilístico en el sur de Perú –mientras recordó a las víctimas de estos incidentes en todo el mundo–. Recordó además al nuevo beato italiano, el sacerdote y confesor Carmelo de Palma. Con motivo de la Jornada Mundial de los Pobres recomendó la exhortación ‘Dilexi te’ que confirmó recibió en parte trabajada por el papa Francisco.
A partir de las lecturas del día, el Papa en su reflexión destacó que Jesús conoce nuestro corazón y nos invita a “no dejarnos vencer por el miedo” en medio de las guerras y revoluciones. Ante la situación de un mundo en guerra, con calamidades y persecuciones el Papa invitó a combatir la indiferencia porque “el mal no puede destruir la esperanza de cuantos creen en Él”. Antes quienes bien persecución, el Maestro les “invita a dar testimonio”. Frente a la “mentira y la manipulación” del mal invita a dar testimonio de la verdad que salva y de la justicia.
“Los desastres y los dolores de la historia tienen un final”, mientras que la “alegría de quienes le reconocen como salvador sura para siempre”, según la promesa de Jesús, prosiguió León XIV. “No permanezcamos impotentes ante el dolor”, recomendó el Papa destacando el testimonio de los mártires. “Busquemos con confianza la intercesión de María, como auxilio de los cristianos” para que “nos consuele y nos sostenga”.