La Conferencia de obispos católicos de los Estados Unidos, la USCCB, celebra su asamblea plenaria de otoño en Baltimore bajo el pontificado de un compatriota por primera vez. Así, el papa León XIV ha recibido un mensaje de los obispos en el que estos aseguran que “seguirán apoyando a los migrantes y defendiendo el derecho de todos a practicar libremente su religión sin intimidación”.
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Frente al miedo
“Como pastores en Estados Unidos, nos enfrentamos a una visión del mundo cada vez más extendida que a menudo entra en conflicto con el mandato evangélico de amar al prójimo”, señalan los prelados que reclaman que “en ciudades de todo Estados Unidos, nuestros hermanos y hermanas migrantes, muchos de los cuales son católicos, se enfrentan a una cultura del miedo, y dudan en salir de sus casas e incluso en asistir a la iglesia por temor a ser acosados o detenidos aleatoriamente”.
“Apoyamos la seguridad y el orden en las fronteras y las medidas policiales en respuesta a actividades delictivas peligrosas, pero no podemos permanecer en silencio en estos momentos difíciles, en los que se socavan el derecho al culto y el derecho a un proceso justo”, añaden. También el presidente de la Comisión Episcopal de Migración, el Mark J. Seitz, obispo de El Paso (Texas), ha denunciado que en este tema “las declaraciones no bastan” ante las políticas de deportaciones masivas de la Administración Trump.
Los obispos además han dado el visto bueno a una traducción de la Biblia para las celebraciones y han impulsado la causa de canonización del padre jesuita Richard Thomas, considerado un auténtico “buen samaritano” y que para los obispos es un modelo de atención ante la crisis que afecta a los inmigrantes en Estados Unidos.
