A través de un mensaje leído por el cardenal Parolin, el Papa llama a una “conversión ecológica valiente” y a una nueva arquitectura financiera centrada en la dignidad humana
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“El que quiera cultivar la paz, que cuide la creación”. Con estas palabras, el papa León XIV ha querido hacer llegar su voz a los participantes en la 30ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP30), que se celebra en la ciudad brasileña de Belém (Brasil). Su mensaje, leído por el cardenal secretario de Estado Pietro Parolin, parte de una convicción rotunda: “Hay un vínculo claro entre la construcción de la paz y el cuidado de la creación”.
Para el Pontífice, en estos tiempos marcados por los conflictos armados y las tensiones internacionales, no se puede perder de vista que también “la paz está amenazada por la falta de respeto a la creación, el saqueo de los recursos naturales y el progresivo deterioro de la calidad de vida por el cambio climático”.
En este contexto, León XIV ha apelado a un multilateralismo verdaderamente cooperativo: “Estos desafíos, por su naturaleza global, ponen en peligro la vida de todos en el planeta, y por tanto requieren una cooperación internacional y un multilateralismo cohesionado y con visión de futuro, que ponga en el centro la sacralidad de la vida, la dignidad otorgada por Dios a cada ser humano y el bien común”.
Asimismo, el Papa ha advertido contra actitudes contrarias a este horizonte compartido: “Por desgracia, observamos enfoques políticos y comportamientos humanos en dirección opuesta, marcados por el egoísmo colectivo, la falta de consideración por los demás y la miopía”.
León XIV ha citado a san Juan Pablo II, quien ya en los años 90 señalaba que la crisis ecológica “es una cuestión moral” que revela la necesidad de “una nueva solidaridad, especialmente entre los países en vías de desarrollo y los altamente industrializados”. Para el Papa, cuidar la creación es una forma concreta de ejercer la humanidad y la solidaridad.
“Es vital convertir las reflexiones en decisiones y acciones basadas en la responsabilidad, la justicia y la equidad”, ha aseverado. Y ha pedido incluir en este esfuerzo a “gobiernos locales, alcaldes, gobernadores, investigadores, jóvenes, empresarios, organizaciones religiosas y ONGs”.
El Papa ha recordado que ya han pasado diez años desde el Acuerdo de París, pero que “el camino hacia sus metas sigue siendo largo y complejo”. Por ello, ha urgido a “acelerar con valentía su aplicación”. En este sentido, León XIV ha apostado por un nuevo modelo económico global: “Que esta conversión inspire el desarrollo de una nueva arquitectura financiera internacional centrada en el ser humano, que permita a todos los países, especialmente a los más pobres y vulnerables, alcanzar su pleno potencial”. Asimismo, ha pedido no olvidar el vínculo entre “la deuda ecológica y la deuda externa”.
Como colofón, el Papa ha pedido “una educación en ecología integral” que explique “por qué las decisiones personales, familiares, comunitarias y políticas configuran nuestro futuro común”. Y ha rogado que los participantes en la COP30 “se comprometan a proteger y cuidar la creación que Dios nos ha confiado, para construir un mundo de paz”.