El arzobispo de Santiago de Compostela y el investigador Ricard Mejía analizan en un coloquio los desafíos eclesiales de la inteligencia artificial
Mesa redonda sobre la IA celebrada en Santiago de Compostela
“¿Qué hace el Papa y el arzobispo de Santiago de Compostela hablando de Inteligencia Artificial?”. Con esta sana provocación lanzada por José Ramón Amor Pan, arrancó el coloquio del seminario ‘Ética e IA: ¿cambia o trasciende a la persona?’, organizado por la Archidiócesis gallega con la colaboración de Abanca y Umas Seguros.
“Nada de lo humano nos es ajeno en la Iglesia”, respondió a la pregunta del director académico de la Fundación Pablo VI el arzobispo de Santiago de Compostela, Francisco Prieto, que compartió diálogo con el sacerdote Ricard Mejía, referente en la investigación del transhumanismo. “No podemos perder la mirada y la lucidez del pensamiento crítico, ese desafío de interrogarnos ante un fenómeno como la IA”, sugirió Prieto. De la misma manera, defendió que “cuando la Iglesia educa no está en clave de proselitismo, sino de preocupación por el ser humano”.
Preguntado por si recomendaría a sus sacerdotes el uso del ChatGPT, expuso que su uso “es tramposo, porque le falta algo fundamental para una homilía”. “La homilía no es una síntesis, sino fruto de una experiencia personal y pastoral con la misión de sondear el corazón a los que amas”, detalló el arzobispo. De la misma manera, comentó que “la IA nunca podrá sustituir la emoción de escuchar un réquiem de Mozart interpretado por una orquesta”. A la par, se mostró preocupado por “las nuevas generaciones que interactúan con el Chat GPT y que le confían un diálogo de emociones y sentimientos”. En el marco de esta reflexión, añadió que “creer no es fruto de un algoritmo, sino una decisión libre a la que tú respondes”.
“El transhumanismo es un movimiento plural que defiende la mejora del ser humano. El problema es que en la mayoría de propuestas de este movimientos se habla del hombre sin saber quién es el hombre”, planteó el responsable de Relaciones Institucionales e Internacionales del Ateneo Universidad Sant Pacià de Barcelona.
Mejía reivindicó la nota que abanderó el pasado mes de enero el fallecido Francisco sobre la IA. A partir de ahí, defendió que “los jóvenes están expuestos al espejismo de relacionarse con máquinas como si fueran personas”.
A través de un vídeo, desde California se hizo presente el teólogo Alberto Embry, que defendió que la IA “no es un elemento más, sino que es una cultura que reconfigura la sociedad”. Desde ahí, valoró que estamos ante “un momento históricamente esperanzador, positivo, pero a nuestra generación nos toca ser, desde los gobiernos a la educación a la pastoral, artesanos de una inteligencia artesanal que no sustituye al ser humano sino que lo potencia”.