El Arzobispado de Sevilla permite ser madrina de bautizo a la joven con síndrome de Down a la que el párroco de Nuestra Señora de las Nieves (Benacazón), José Antonio Morón, se lo había impedido pese a no existir restricción alguna en el Código de Derecho Canónico.
En estos días de gestión callada, se ha conseguido reconducir la situación manteniendo encuentros tanto con los familiares del bautizando como con el párroco, que se ha enrocado en su postura tras considerar que la joven no era apta después de mantener una conversación con ella.
En un comunicado que llega 13 días después de que la noticia saltara a los medios de comunicación, la Archidiócesis hispalense lamenta “el daño que ha causado la gestión de esta situación”, al mismo tiempo que hace un llamamiento “a la necesaria concordia y al diálogo, sobre la base de la comunión que debe caracterizar la vida de una comunidad parroquial”.
“De acuerdo con el párroco y la familia del bautizando, desde la Archidiócesis se autoriza la celebración del sacramento del Bautismo en la fecha determinada, pudiendo los padres del bautizando proponer los padrinos inicialmente elegidos”, destaca el comunicado sobre el bautizo que tendrá lugar el próximo 31 de enero en la parroquia, pero con la participación de otro sacerdote.
Bautismo
A la par, se recuerda que la Iglesia “contempla adaptaciones catequéticas que favorecen la inclusión de todas las personas en la comunidad eclesial, basadas en el acompañamiento y prudencia pastoral”.
Evitando que la sangre llegue al río y en un clima de concordia, en el comunicado, la Archidiócesis “agradece y respalda el trabajo realizado desde hace años por el párroco, el consejo pastoral parroquial, el equipo de catequistas, los voluntarios de Cáritas, los colaboradores de la liturgia, las hermandades y todos los agentes de pastoral de la parroquia”.
Por su parte, el padre de la niña, Gori Vega, ha compartido su alegría en redes sociales: “Este resultado no solo representa una alegría inmensa para nuestra familia, sino también una victoria para la inclusión, el respeto y la dignidad de todas las personas con discapacidad. Porque la fe no se mide en capacidades, sino en el corazón, la entrega y el amor que cada persona pone en lo que hace”.
“Queremos dar las gracias a todas las personas que nos han apoyado, a quienes firmaron, compartieron y creyeron que lo justo debía prevalecer. Gracias a cada mensaje, a cada muestra de cariño y a todos los que han hecho posible que la voz de Noelia -y de tantas otras personas- sea escuchada”, añade tras recoger más de 5.000 firmas de apoyo que llevaron al Arzobispado.