“La escuela debe ser un lugar donde los niños y jóvenes encuentren protección contra la discriminación y la denigración personal”, subrayan en un documento publicado este jueves
Los obispos alemanes han pedido que se reconozca la diversidad de orientaciones sexuales en las escuelas. Y lo han hecho, tal como recoge Katholisch, por medio de un documento publicado este jueves por la Conferencia Episcopal Alemana (DBK), en el que se ofrece una visión general de la situación de los jóvenes, docentes y familias LGBTQ+, y que propone pautas educativas y pastorales para un abordaje sensible de la diversidad sexual.
“La escuela debe ser un lugar donde los niños y jóvenes encuentren protección contra la discriminación y la denigración personal, un lugar donde experimenten la aceptación en su desarrollo individual y, al mismo tiempo, aprendan a aceptar a los demás”, escribe el presidente de la comisión de educación de la Conferencia Episcopal Alemana, el obispo Heinrich Timmerevers de Dresde. Así, las directrices, tituladas ‘Creados, Redimidos y Amados’, hacen hincapié en el desarrollo integral de la personalidad y el respeto a la dignidad de toda persona.
Los obispos recalcan que toda la comunidad escolar tiene la “responsabilidad de fomentar un clima escolar positivo y un trato respetuoso hacia las diversas identidades sexuales”. Por ello, los estudiantes deben oponerse a la discriminación y ser sensibles a los insultos hirientes y excluyentes dirigidos a los demás.
Para los docentes, su enfoque personal sobre el tema, en particular con los jóvenes LGBTQ+ en sus clases, es fundamental, por lo que se les anima a que busquen formación adicional sobre este tema y a que inspiren a los estudiantes a reflexionar críticamente sobre sí mismos. Además, deben contribuir a visibilizar a las personas con diversas identidades sexuales mediante el uso de un lenguaje que refleje esta diversidad.
Los docentes, dice el documento, “deben prestar atención a los modelos de género y de rol, así como a los estereotipos homófobos, presentes en los materiales didácticos”. Deben fomentar, de este modo, un ambiente en el aula “donde los niños, niñas y jóvenes se sientan vistos y tomados en serio al explorar su orientación sexual e identidad de género”.
