El fin de semana murieron siete personas en enfrentamientos armados, en el municipio de Guachochi, por lo que el obispo Juan Manuel González pide se realicen operativos que no sean solo “reactivos o temporales”
Catedral de Guachochi. Foto: Seminario Diocesano de Tarahumara
La Iglesia en la región de Tarahumara hizo un llamado a las “autoridades de los tres niveles de gobierno, para que se restablezca el orden, la seguridad y la justicia en el municipio de Guachochi y en toda la región serrana, mediante acciones efectivas y sostenidas, no solo reactivas o temporales”.
Y es que el fin de semana se registró la muerte de siete personas en enfrentamientos armados, en ese municipio del estado de Chihuahua, al norte de México, donde se ubica la catedral de Nuestra Señora de Guadalupe, sede de la Diócesis de Tarahumara, por ello su obispo, Juan Manuel González Sandoval, expresó su “dolor y enérgico repudio ante los recientes hechos de violencia donde varias personas perdieron la vida de manera injusta”.
Manifestó a nombre del presbiterio, vida consagrada y agentes de pastoral, su “solidaridad y cercanía con las familias de las víctimas y con toda la comunidad, profundamente herida por estos acontecimientos que atentan contra la dignidad humana y la convivencia pacífica”.
Para el obispo González “ninguna causa, interés o grupo armado puede justificar la agresión, el asesinato o la siembra de miedo entre la población. Cada vida humana es sagrada y su pérdida nos interpela como sociedad y como nación”.
Obispo de Tarahumara, Juan Manuel González Sandoval. Foto: Insigne y Nacional Basílica de Santa Maria de Guadalupe
Se dirigió a las instituciones de procuración y administración de justicia para que se investiguen los hechos y se evite la impunidad “que tanto daña la confianza ciudadana”; y “a quienes integran los grupos generadores de violencia para que escuchen el llamado de Dios a la conversión, dejen las armas y reconozcan el valor sagrado de la vida. A las comunidades y organizaciones civiles para que mantengamos viva la esperanza, promoviendo juntos una cultura de paz, de respeto y de reconciliación”.
Por su parte, el Seminario Diocesano de Tarahumara también emitió su postura “ante los trágicos acontecimientos ocurridos… ninguna palabra puede aliviar la pérdida, pero hoy más que nunca reafirmamos la cercanía hacia ustedes y el compromiso por la paz, la vida y la convivencia en el dolor. A quienes han asesinado injustamente y quienes han quedado heridos son nuestros conocidos, tienen un nombre y rostros familiares, son nuestros vecinos y feligreses”.
La violencia nunca será el camino -añadió el seminario- “por ello creemos en la unidad, debemos mantenernos unidos, apoyarnos mutuamente y rechazar todo acto que atente contra la dignidad y la seguridad de las personas. Es momento de fortalecer nuestros lazos, de cuidar unos de otros y de trabajar juntos para que hechos como estos no vuelvan a repetirse”.
Asimismo, convocó a todas las instituciones, organizaciones sociales y “a cada ciudadano y ciudadana a sumarse a un esfuerzo colectivo por la reconciliación, el respeto y la construcción de un entorno donde prevalezcan la justicia, la empatía y la esperanza. Desde el liderazgo comunitario, reiteramos nuestro compromiso con la verdad, la paz y la defensa de la vida como valores fundamentales para el bienestar de todos”.
En el comunicado del seminario -cuyo rector es el presbítero Noé Saúl Quezada Agüero– se destacó que “es fundamental que cada acción institucional esté guiada por el respeto, la transparencia y el compromiso con la justicia… Entendiendo el significativo esfuerzo de las autoridades creemos que tienen que intervenir ante estos hechos, se trata de la vida de los ciudadanos, se trata de personas, se trata de inocentes, pareciera ser que hay un abandono hacia su pueblo, la sociedad espera respuestas contundentes que han estado ausentes en estos momentos”.
