Vaticano

La recomendación del Papa en el ángelus: “No tengamos miedo de reconocer nuestros errores ante Dios”

| 26/10/2025 - 12:12

León XIV invita a rezar el rosario por la paz y agradece a todos los que están comprometidos por esta causa





Tras la celebración de la eucaristía del Jubileo de los equipos sinodales y los órganos de participación de las diócesis de todo el mundo, el papa León XIV rezó el ángelus desde la ventana del despacho del Palacio Apostólico con los fieles presentes en la Plaza de San Pedro. El pontífice ha aprovechado para mostrar su cercanía a las víctimas de aluvión que ha asolado una zona de México y rezó por los difuntos. Además reiteró su oración por la paz especialmente a través del rosario y recordando especialmente a los niños, las familias, los ancianos… víctimas de la guerra. Además, ha agradecido los gestos de solidaridad y “caridad evangélica” y recitó la bienaventuranza por los “artesanos de la paz”. Finalmente saludó a todos los presentes.



Más allá de los méritos

En su reflexión previa, comentó la parábola del fariseo y el publicano (cf. Lc 18,9-14), que se proclama en la liturgia del día. Donde el fariseo “se jacta de una larga lista de méritos” en la oración jactándose de si “observancia exacta de la Ley, pero pobre en amor, hecha de “haber” y “tener”, de deudas y créditos, carente de misericordia”. Y el publicano que reza pidiendo perdón. “Al final de la parábola, Jesús nos dice que, de los dos, es precisamente él quien vuelve a casa “justificado”, es decir, perdonado y renovado por el encuentro con Dios”, comentó el Papa.

León XIV destacó que “el publicano tiene el valor y la humildad de presentarse ante Dios. No se encierra en su mundo, no se resigna al mal que ha hecho. Abandona los lugares donde es temido, seguro, protegido por el poder que ejerce sobre los demás” y se pone ante el Señor. “Así, Jesús nos da un mensaje poderoso: no es ostentando nuestros méritos como nos salvamos, ni ocultando nuestros errores, sino presentándonos honestamente, tal como somos, ante Dios, ante nosotros mismos y ante los demás, pidiendo perdón y confiando en la gracia del Señor”, destacó citando a san Agustín.

“No tengamos miedo de reconocer nuestros errores, de ponerlos al descubierto asumiendo nuestra responsabilidad y confiándolos a la misericordia de Dios”, recomendó el pontífice. Para él, “así podrá crecer, en nosotros y a nuestro alrededor, su Reino, que no pertenece a los soberbios, sino a los humildes, y que se cultiva, en la oración y en la vida, a través de la honestidad, el perdón y la gratitud”.

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