“La comunidad civil y la eclesial deben implicarse de forma constante para devolver a la maternidad su plena dignidad”, ha apuntado el Papa
En el Aula del Vaticano, el papa León XIV dio la bienvenida a la comunidad académica del Pontificio Instituto Teológico Juan Pablo II para las Ciencias del Matrimonio y de la Familia, con la presencia del gran canciller, cardenal Baldassarre Reina y del presidente de la misma, Philippe Bordeyne.
“Con alegría doy la bienvenida a quienes forman parte de la comunidad académica internacional del Instituto Juan Pablo II para las Ciencias del Matrimonio y de la Familia”, ha comenzado el Pontífice, recordando que la vocación de esta institución, fundada por san Juan Pablo II, es “estar lo más cerca posible de los esposos y de las familias”, favoreciendo un único cuerpo académico extendido por los distintos continentes.
“En todo lugar y siempre, estamos llamados a sostener, defender y promover la familia, sobre todo mediante un estilo de vida coherente con el Evangelio”, ha afirmado León XIV, subrayando que los estudios del Instituto están al servicio “de los novios que se convierten en esposos, de los esposos que se convierten en padres, y de sus hijos, que son promesa de una humanidad renovada por el amor”.
El Papa ha pedido, además, que la reflexión teológica y pastoral del Instituto se mantenga en diálogo con la vida real y con los desafíos contemporáneos: “El anuncio del Evangelio, que transforma la vida y la sociedad, nos compromete a promover acciones orgánicas y concertadas en apoyo a la familia”. “La calidad de la vida social y política de un país se mide, en gran parte, por cómo permite a las familias vivir bien, tener tiempo para sí mismas y cultivar los vínculos que las mantienen unidas”, añadió.
Asimismo, en su intervención, el Papa ha recordado la necesidad de acompañar y custodiar la maternidad, haciendo eco de las palabras de Francisco en Amoris laetitia: “La vida humana es un don y debe ser siempre acogida con respeto, cuidado y gratitud”.
“La comunidad civil y la eclesial deben implicarse de forma constante para devolver a la maternidad su plena dignidad”, ha continuado, proponiendo, para ello, “políticas que garanticen condiciones de vida y trabajo adecuadas, iniciativas educativas y culturales que reconozcan la belleza de generar juntos, y una pastoral que acompañe a mujeres y hombres con cercanía y escucha”.
Por último, el Papa habló con franqueza sobre la crisis del matrimonio en muchas regiones del mundo. “Incluso cuando los jóvenes toman decisiones que no coinciden con los caminos propuestos por la Iglesia, el Señor sigue llamando a la puerta de su corazón”, ha señalado.
Ante esto, animó a los teólogos a buscar nuevas formas de comunicación: “Si su investigación teológica y pastoral nace del diálogo orante con el Señor, encontrarán el coraje de inventar nuevas palabras capaces de tocar profundamente las conciencias de los jóvenes”.
