CIDSE reclama un tratado internacional vinculante que regule la relación entre las multinacionales y los derechos humanos

El 26 de junio de 2014, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU decidió establecer “un grupo de trabajo intergubernamental” para valorar cómo “las empresas transnacionales” respetan o no “los derechos humanos” en los países en los que se establecen. El objetivo final no era otro que “elaborar un instrumento internacional jurídicamente vinculante para regular” esa relación.

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Como cada año, se está celebrando la 11ª sesión del Grupo de Trabajo Intergubernamental de Expertos, que se inició el 20 de octubre y se clausura este viernes 24 en la sala XVI del Palacio de las Naciones, en Ginebra. Presentes varios representantes de la red CIDSE (que incluye a numerosas ONG de desarrollo católicas, siendo su representante en España Manos Unidas), estos insisten en la importancia de ratificar “un instrumento internacional jurídicamente vinculante sobre empresas y derechos humanos”. Es decir, un tratado internacional de obligado cumplimiento.

Acciones irresponsables

Esta propuesta, que suscribieron recientemente en una carta más de 100 líderes de 31 países que representan diversas religiones, es la que la plataforma católica mundial ha hecho llegar estos días a Ginebra para despertar conciencias. Todo como parte de un llamamiento que “surge de la seria preocupación por el creciente impacto de las prácticas empresariales irresponsables en los derechos humanos y el medio ambiente, especialmente donde no existe una regulación ni una rendición de cuentas eficaces”.

Y es que, puesto que “los marcos voluntarios, por sí solos, son insuficientes”, emerge “el deber moral y legal de los Estados de garantizar que las actividades económicas respeten la dignidad humana y protejan el medio ambiente”.

Por ello, se concluye, esta 11ª sesión es una “oportunidad crucial” que los Estados deben “aprovechar” para “lograr un consenso sobre un tratado que priorice los derechos humanos, garantice el acceso a la justicia y mejore la rendición de cuentas en las actividades comerciales mundiales”.

Manos Unidas, parte activa de CIDSE y muy involucrada en esta causa, insiste en los cuatro pasos a dar en un futuro inmediato:

• Garantizar la primacía de los derechos humanos sobre cualquier otra consideración, especialmente económica o comercial.
• Adoptar leyes que obliguen a las empresas a realizar una debida diligencia obligatoria y rigurosa en materia de derechos humanos y medio ambiente, en todas las fases de su cadena de valor.
• Proteger a las personas defensoras de los derechos humanos, garantizando su seguridad, su legitimidad y su acceso a mecanismos efectivos de reparación.
• Poner fin a la impunidad corporativa, asegurando el acceso a la justicia desde la perspectiva de género y teniendo en cuenta a las comunidades marginalizadas, a todos aquellos afectados por las violaciones empresariales.