Cultura

Alauda Ruiz de Azúa: “Me fascina la gente con unas certezas muy férreas”

| 24/10/2025 - 04:45





Asegura, con una ligera sonrisa, que se siente “más cómoda con las preguntas que con las respuestas”. Esas que Alauda Ruiz de Azúa (Barakaldo, 1978) lanza al espectador sobre las “líneas finas” que separan distintos puntos de vista acerca de una misma realidad. La que presenta en su nuevo trabajo, ‘Los Domingos’, tiene que ver con “la dualidad de todas las cosas que afloran en un proceso vocacional” como el que vive la protagonista, sobre todo en familia.



PREGUNTA.- ¿Cómo encajaría la noticia de que una hija, una sobrina o una amiga decide meterse a monja?

RESPUESTA.- No soy creyente y, además, he tenido una educación laica. Desde ese punto de vista, creo que seguramente lo encajaría más como el personaje de Maite en la película. Intentaría que la persona lo reflexionara muy bien, porque me parece un compromiso muy radical. Por ahí iría mi postura.

La directora Alauda Ruiz de Azúa y la actriz debutante Blanca Soroa, protagonista de su película

P.- ¿Ha envidiado alguna vez tener “el regalo de la fe”?

R.- Envidiar no es un sentimiento muy bonito, pero me genera mucha fascinación y me despierta curiosidad cuando veo a gente con unas certezas muy férreas. Supongo que porque yo me muevo más en el cuestionamiento y en la incertidumbre. He visto gente que, en momentos muy difíciles, ha encontrado muchísimo consuelo en lo religioso. Y eso, al menos, sí hace que te preguntes por qué ellos tienen ese asidero, que se ve muy seguro, muy sólido, y tú tienes que buscarte otros.

Esperar y respetar

P.- Hay dos verbos que se repiten en la película, esperar y respetar, pero que ningún personaje cumple. ¿Está en ellos la clave de todo proceso vocacional?

R.- Los personajes entran muchas veces en contradicción, precisamente porque es muy difícil esperar y respetar de manera genuina cuando alguien a quien quieres mucho sientes que está tomando un camino que –desde tu perspectiva, como el personaje de Maite– es equivocado. Pero, si fueras capaz de hacerlo desde un lugar auténtico, lo mejor que podrías hacer sería intentar entender por qué esa persona ha llegado a ese tipo de decisión.

P.- El acompañamiento es también fundamental para el discernimiento. ¿Hasta qué punto esa “dirección espiritual” puede condicionar la autenticidad de una vocación?

R.- Es una de las preguntas que intento lanzar con la película para que cada espectador la conteste. Son preguntas sobre esas líneas finas. Cuando tienes a alguien de 17 años con un sentimiento religioso tan fuerte, hay una línea muy fina entre hasta qué punto es un acompañamiento bien hecho o, de alguna manera, un empujar de más. Ahí hay una línea fina que es interesante plantearse. Otra línea fina que también plantea la película es cómo saber si es algo que es fruto de la fe o algo que nos llena otro tipo de vacío. Me parece otra pregunta interesante. Me gusta más lanzar buenas preguntas que tener certezas.

¿Huida o refugio?

P.- Cuando la familia deja de ser el refugio natural de la persona, se busca esa protección en otra parte… por qué no en la clausura. ¿Qué le diría a quienes piensan que la vida contemplativa es una huida del mundo?

R.- Me interesa la dualidad de todas las cosas que afloran en un proceso vocacional. Afrontando la historia, continuamente me enfrentaba a estas dualidades: ¿es fe o es un vacío o una carencia de otro tipo? En este caso, la vida contemplativa, ¿es una huida hacia adelante, es un refugio, o es ese lugar que la persona no siente como una renuncia, sino donde se siente plena y feliz? He llegado a pensar, incluso, que puede que las dos cosas sean, a veces, hasta compatibles: que en un momento determinado sea un refugio, una huida hacia adelante, un dejar atrás algo, y en otro momento sea ese sitio donde tú te encuentres a ti misma y te sientas en plenitud. Las personas somos complejas, por eso me siento más cómoda con las preguntas que con las respuestas.

(…)

Fotos: David Herranz

Etiquetas: Vida Religiosa
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