La Defensoría del Pueblo informó que van 120 heridos, entre ellos tres menores de edad, incluidos varios periodistas y policías
Cardenal Carlos Castillo
La tensión en Perú es de máxima alerta tras protestas protagonizadas por jóvenes – la llamada generación Z – que salió a las calles para exigir cambios profundos, cansado de la corruptela e inoperancia de los gobiernos de turno.
El cardenal Carlos Castillo, arzobispo de Lima, ha señalado que “el Perú no tendrá futuro sin los jóvenes”. Aboga para que se respeten sus derechos y ha pedido a todos los sectores, incluidos los propios jóvenes, “desarmar la violencia”.
Lamentó la muerte de Eduardo Ruiz, joven cantante de hip hop, en medio de las escaramuzas con la policía. La Defensoría del Pueblo informó que van 120 heridos, entre ellos tres menores de edad, incluidos varios periodistas y policías.
Por ello, el purpurado apela a un cambio pacífico y sin violencia “desarrollando la capacidad de amar que tiene un joven cuando se deja inspirar por causas buenas”.
“La violencia no es ningún camino. Este es un llamado a todos los violentos, de una parte y de otra, que han cometido cosas gravísimas estos días”, agregó.
El arzobispo de Lima ha expresado su pesar por las muertes, “hoy es un día de luto, para rezar por las personas que han sido vilmente desaparecidas y por las personas heridas”.
A pesar de las “acciones negativas y desesperadas”, opina que también se puede apreciar “grandes esperanzas que aún quedan en pie”.
Para ello, ha pedido a los peruanos transformar sus corazones para “generar comprensión, justicia y reconocimiento de los justos reclamos del pueblo más pobre e indefenso”.
Insiste que todos los peruanos deben “regresar al corazón de Jesús para acabar con la violencia, el maltrato y las extorsiones que vivimos día a día”. Un corazón, según plantea, se ha ido endureciendo.
Es así cómo han abandonado las verdadero corazón de Jesús, formado más a la imagen del dinero duro, de la ambición, de la arrogancia y de la frivolidad. La violencia “nunca será el camino” para solucionar los problemas.
en una clara alusión a los líderes dijo: “Demasiada ambición no conduce a nada. Aprendamos a transparentar y aceptar humildemente los gravísimos errores cometidos”.