España

El arzobispo de Santiago, en el Pilar: “No son tiempos para establecer muros de diferencia o separación”

| 13/10/2025 - 14:35

Francisco Prieto reclama un “corazón acogedor” a los migrantes en la misa central de las fiestas de Zaragoza





Zaragoza celebró ayer la fiesta de su patrona, que lo es también de España y de la Hispanidad. Una solemnidad que se tradujo en una mutitudinaria ofrenda de flores que fue la más larga desde que se tienen registros. Durante cerca de 18 horas, más de 120.000 personas procesionaron hasta los pies de la Virgen para conformar un manto de color blanco.



A las seis y media de la mañana del domingo 12 de octubre comenzaron a llegar los primeros fieles que depositaron su ofrenda en la plaza de la Basílica del Pilar, amén de los 1.158 grupos inscritos, que engloban a 106.897 personas, un 11,60% más que en la edición de 2024. La agrupación ‘Costureras Malotas’ fue la encargada de abrir el desfile de grupos oferentes, en el que estuvieron representados toda la sociedad aragonesa, desde la clase política a las fuerzas armadas.

Sólido y firme

Mientras, en el interior del templo de la ciudad se celebraba la tradicional misa solemne en honor a la Virgen del Pilar. La eucaristía fue presidida por el arzobispo de Santiago, Francisco José Prieto Fernández, y concelebrada, entre otros, por el arzobispo de Zaragoza, Carlos Escribano, el arzobispo emérito de Zaragoza, Vicente Jiménez Zamora y Jesús Moliné, obispo emérito de Chiclayo.

Ofrenda a la Virgen del Pilar

“Miramos a nuestra Madre en ese pilar que se nos muestra pequeño, pero sólido y firme”, compartió Prieto en su homilía, que presentó a María como reflejo de esperanza en este año jubilar.

La humanidad de Dios

A partir de ahí, invitó a los presentes a tener un “corazón acogedor”. “No son tiempos para establecer muros de diferencia o separación”, sentenció el pastor, con un recado directo en materia migratoria: “Tenemos que saber integrar al diferente, al que viene de lejos y al cercano, porque todos nos reconocemos en la humanidad de Dios en medio de su pueblo”.

“Tenemos que recuperar la mirada de fe, que no nos evade de la realidad, sino que nos inserta en ella con un corazón comprometido y encarnado”, apuntó en otro momento. Y añadió, en esta misma línea: “Dios no perturba ni inquieta ni intranquiliza, Dios acompaña el corazón y la vida de cada uno de nosotros de manera personal”.

Buscar la comunidad

“Cuando Dios nos llama, como a María, nos pone al encuentro del hermano”, expuso, para señalar justo después que “no debemos buscar la diferencia, sino esa riqueza, esa comunidad que nos une”.

Francisco Prieto y Carlos Escribano

“María nos enseña a ese habitar y convivir con unos y otros”, insistió el arzobispo de Santiago, que también invitó a los católicos a “cuidar la vida y cuidar todas las vidas”.  “Allí donde María está presente, Cristo se nos ofrece”, expuso el arzobispo compostelano.

“Pidamos hoy a la Virgen del Pilar por Gaza, por Ucrania y por tantas guerras olvidadas, lejanas y cercanas, en el corazón de África y en la lejana Asia, pero también en los conflictos entre nosotros y nuestra familias”, remató su homilía.

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