León XIV agradece la presencia de los miembros de movimientos y asociaciones de espiritualidad mariana y reza el ángelus con ellos
El papa León XIV ha rezado el ángelus al finalizar la eucaristía con los peregrinos del Jubileo de la espiritualidad mariana en el 28º domingo del tiempo ordinario en la Plaza de San Pedro. Al concluir la celebración, ante la imagen de la Virgen de Fátima traída desde Portugal, ha puesto “las noches de la historia” y confiado a todo el mundo, especialmente quienes sufren “los tormentos de la guerra” en una oración.
El Papa ha reiterado el “don de la paz” y que acoja a todos los que sufren en la Iglesia bajo su manto protector para que no venza el mal y se manifieste la salvación de Cristo. Nuevamente ha consagrado al corazón inmaculado de María a toda la humanidad. También saludó y agradeció la presencia de todos los peregrinos de asociaciones, movimientos y comunidades reunidas en torno a la espiritualidad mariana encomendándoles a seguir profundizando en la Palabra de Dios y la tradición de la Iglesia.
En su reflexión antes del ángelus, se refirió al alto al fuego en Tierra Santa y el Papa ha alabado la esperanza que se abre mientras se sigue aspirando a una “paz justa, duradera y respetuosa con las legítimas aspiraciones del pueblo israelí y el palestino” tras dos años de dolor en muchas familias que han perdido a sus miembros. “Él permanece siempre con nosotros”, reiteró a Dios, única paz que ama a cada uno y a quien pidió que cuide a los heridos. Tras este paso, recordó León XIV, toca “realizar humanamente lo que ahora parece humanamente imposible: que el otro no es un enemigo sino un hermano”.
“Dos años de conflicto han dejado muerte y destrucción, sobre todo en el corazón de quienes han perdido brutalmente a sus hijos, padres, amigos, todo. Junto con toda la Iglesia, estoy cerca de vuestro inmenso dolor”, reiteró. También lamentó los últimos ataques en Ucrania y clamó por el fin de la violencia y “abrirse al diálogo y a la paz”. Ofreció sus oraciones ante la transición política en Perú. También se unió a la jornada italiana por las víctimas en el trabajo.
