En el corazón de una jornada marcada por la publicación de su exhortación apostólica ‘Dilexi te’, el papa León XIV visitó ayer el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, reafirmando la misión de la Iglesia de “unir la fe con la justicia, la oración con la acción y el Evangelio con la vida de los más pobres”.
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Tal como recoge Vatican News, encuentro tuvo lugar en el Palacio de San Calisto, sede del dicasterio. Allí, el Pontífice fue recibido por sus responsables y trabajadores, a quienes dirigió unas palabras de gratitud por su entrega cotidiana: “Gracias por hacer de vuestro trabajo una verdadera manifestación de la misión de la Iglesia”, escribió León XIV en el Libro de Honor.
Fe, acción y misericordia
En un diálogo espontáneo con los trabajadores del dicasterio, León XIV insistió en que el desarrollo humano integral “no puede reducirse a estadísticas o políticas, sino que debe nacer de la compasión evangélica que mira al otro como hermano”.
“No se puede separar la fe del amor hacia los pobres. La fe que no se hace servicio, se marchita”, afirmó el Papa, evocando el magisterio de sus predecesores, en particular del papa Francisco, quien impulsó la creación de este dicasterio para unir en una sola estructura las áreas de justicia, paz, migraciones, ecología y salud.
El Pontífice animó a los presentes a “seguir siendo constructores de puentes” en un mundo herido por la desigualdad, recordando que “toda política de desarrollo debe tener un alma” y que esa alma “solo puede ser el amor evangélico”.
Finalmente, la visita culminó con una bendición y un mensaje de aliento a todo el personal del dicasterio. “Su trabajo no es solo administrativo”, les dijo, “sino pastoral y profético. Allí donde tocan una herida humana, están tocando a Cristo”. “El Evangelio no se predica solo con palabras, sino con las manos que curan, los brazos que acogen y los ojos que saben mirar sin juzgar”, concluyó el Papa.