León XIV ‘canoniza’ la teología de la liberación, resituada en Aparecida, en su primera exhortación

El Pontífice destaca como hitos de la Doctrina Social el “martirio de san Óscar Romero”o las “Conferencias del Episcopado Latinoamericano en Medellín, Puebla, Santo Domingo y Aparecida”

León XIV firma su primera exhortación apostólica: 'Dilexi te'

“La perspectiva latinoamericana es muy valiosa para mí”, señaló el papa León XIV en su primera entrevista como Pontífice. Y así parece demostrarlo en la exhortación apostólica ‘Dilexi te’ en la que denuncia que “el compromiso en favor de los pobres y con el fin de remover las causas sociales y estructurales de la pobreza, aun siendo importante en los últimos decenios, sigue siendo insuficiente”, recurriendo incluso a las propuesta de la Teología de la Liberación.



Opción por los pobres

La defensa que el papa León XIV hace de la “opción por los pobres” encuentra su íntima relación con el recorrido de la reflexión Latinoamericana de los últimos tiempos, como evidenciar realidades como los “movimientos populares”, que también encuentran su acomodo en la exhortación y de los que el Pontífice reclama que “deben ser escuchador por las instituciones de la Iglesia”.

En su propuesta de repaso por la historia de la Doctrina Social de la Iglesia, el Papa se detiene en el “martirio de san Óscar Romero”o en las “Conferencias del Episcopado Latinoamericano en Medellín, Puebla, Santo Domingo y Aparecida”, especialmente esta última. Y es que Prevost vivió en Perú, la tierra de Gustavo Gutiérrez y su libro ‘Teología de la Liberación. Perspectivas’.

En su documento magisterial relee la mirada purificadora de la ideología materialista del marxismo del entonces cardenal Joseph Ratzinger a través de su ‘Instrucción sobre algunos aspectos de la Teología de la liberación’ de 1984. Del responsable de Doctrina de la Fe recoge que “la conversión espiritual, la intensidad del amor a Dios y al prójimo, el celo por la justicia y la paz, el sentido evangélico de los pobres y de la pobreza, son requeridos a todos, y especialmente a los pastores y a los responsables”.

La aportación de Aparecida

Ahora bien, el Papa no se queda en los años 80 con el pontificado de Juan Pablo II y sus tensos viajes a América Latina. La reflexión de la Teología de la Liberación original –no la desvirtuada de los curas guerrilleros y los crucifijos con la hoz y el martillo– se presenta en la exhortación con el tamiz de la Conferencia de Aparecida, de la que el entonces cardenal Jorge Mario Bergoglio fue su relator. En ella, destaca, “los obispos latinoamericanos explicitaron que la opción preferencial de la Iglesia por los pobres” una opción, se podría decir, libre de ideologías, ya que el Papa repasa las ideas principales del documento final.

Incluso sentencia el Pontífice: “Aquellos entre nosotros que no han experimentado situaciones similares, de una vida vivida en el límite, seguramente tienen mucho que recibir de esa fuente de sabiduría que constituye la experiencia de los pobres”. Es más, critica cuando “se opta por una pastoral de las llamadas élites, argumentando que, en vez de perder el tiempo con los pobres, es mejor ocuparse de los ricos, de los poderosos y de los profesionales, para que, por medio de ellos, se puedan alcanzar soluciones más eficaces”.

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