Sarah Mullally
Sarah Mullally es desde esta mañana arzobispa de Canterbury y, por tanto, la primera mujer al frente de la Iglesia de Inglaterra y primada de la comunión anglicana, que aglutina a 85 millones de cristianos en 165 países del mundo.
Esta enfermera británica de 63 años y especializada en oncología está casada con un ingeniero informático y es madre de dos hijos. Llegó a ser directora de Enfermería del Servicio Nacional de Salud del Reino Unido, durante el Gobierno de Tony Blair, convirtiéndose en la profesional más joven de asumir este puesto con solo 37 años. Tal es su valía en el campo sanitario, que en 2005 fue nombrada Dama Comandante del Imperio Británico en reconocimiento a su destacada contribución. Se convirtió al cristianismo con 16 años y en 1998 comenzó sus estudios de teología en el Agustine’s College y en la Universidad de Kent.
Ordenada sacerdotisa en 2002, en 2004 dejó de un lado su carrera en el ámbito sanitario para volcarse a tiempo completo en sus labores pastorales, en diversas parroquias, además de formarse en materia de liderazgo eclesial. En 2015 fue nombrada obispa de Exester y consagrada por su predecesor en Canterbury, Justin Welby. Tras asumir esta responsabilidad, se convirtió en la primera mujer anglicana en ordenar sacerdote a otras dos mujeres. En 2017 la nombraron obispa de Londres, la tercera diócesis más importante de Inglaterra después de Canterbury y York. Además, forma parte de la Cámara de los Lores con el cargo de ‘lord espiritual’.
No en vano, la Iglesia de Inglaterra empezó a ordenar a mujeres sacerdotes en 1994 y obispas en 2015. Consciente de que ha roto algo más que techos de cristal, cada vez que se le pregunta por el rechazo que pueda generar su liderazgo, responde con diplomacia: “Respeto a aquellos que, por razones teológicas, no pueden aceptar mi rol como sacerdotisa u obispa”. A favor de la inclusión del colectivo LGTBI, pero defensora de que el matrimonio es la unión entre un hombre y una mujer, se considera provida, rechaza abiertamente la eutanasia, aunque dice respetar el derecho al aborto.
Nunca ha tenido problema alguno en confesar abiertamente que tiene dislexia, compartiendo sus dificultades para escribir y leer. En su tiempo libre, le encanta cocinar, caminar y la cerámica. Es admiradora de Desmond Tutu y se presenta como “una hija amada por Dios”.
El nombramiento de Mullally fue anunciado esta mañana por el Gobierno británico tras un proceso de selección dirigido por la Comisión de Nominaciones de la Corona, que realizó consultas públicas y contó con la participación de representantes de la Iglesia de Inglaterra y de la comunión anglicana. Su designación fue aprobada por el rey Carlos III, que tiene el título simbólico de gobernador supremo de la Iglesia de Inglaterra.
El 28 de enero de 2026, se celebrará una confirmación de elección en la catedral de San Pablo en Londres, en la que Mullally se convertirá legalmente en arzobispo de Canterbury. El 25 de marzo de 2026, tendrá lugar una ‘entronización’ en la catedral de Canterbury, que marcará el inicio de su ministerio. La arzobispa toma el testigo de Justin Welby, que dimitió en noviembre de 2024 después de ser cuestionado por su errada gestión de un caso de abusos sexuales a menores.