Se acerca la segunda vuelta en Bolivia para elegir al sucesor de Luis Arce, por eso, René Leigue, arzobispo de Santa Cruz, ha dicho que “el pecado más grande, es ilusionar a un pobre y después no hacer nada por él”.
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Ello en referencia a Gobiernos del pasado y también como sugerencia a quién asuma la presidencia del país en las venideras elecciones del 19 de octubre, porque “toda persona merece respeto y dignidad, y que la fe cristiana debe expresarse en gestos concretos de justicia y solidaridad”.
También señaló que la indiferencia es la raíz de toda desigualdad, “el problema no es la riqueza en sí, sino la indiferencia frente a la necesidad ajena”, apuntó.
Cuidar la creación
La felicidad, aparte de una decisión, también es comunión con quienes carecen de oportunidades, “no puede vivirse de manera individual”, advirtió.
Ello pasa por el cuidado de la casa común, primera riqueza de todos dada por Dios. La actual crisis ambiental, signada por el mal manejo de la basura, incendios y deterioro de la naturaleza, recae en todos.
Con el inicio de la Semana de la hermandad – celebración establecida en Bolivia desde 2021 con la Iglesia alemana– Leigue invitó a los bolivianos a respetar la naturaleza como parte del compromiso cristiano y vivir este tiempo como “una oración activa”.
El prelado también recordó a los deportistas que el éxito no se mide por los “triunfos pasajeros”, sino “en la perseverancia y la coherencia de vida”. Ellos son referentes positivos y testimonio de fe para las nuevas generaciones.