Esta mañana, El Digital de Castilla-La Mancha publicaba la noticia: detenido un sacerdote de Toledo en Torremolinos por posesión de tusi, la denominada ‘cocaína rosa’.
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La Policía Nacional interceptó el pasado domingo 21 de septiembre en la localidad malagueña a Carlos Loriente (Toledo, 1980), ex vicario episcopal para el Clero -sustituido el pasado 15 de septiembre-, junto a otros tres hombres de origen latino en una de las mecas del turismo gay español.
La realidad es que se trataba de un control rutinario. Mientras la Policía multa con 600 euros por la posesión de esta droga en cantidades pequeñas, el tema se complica si las cantidades exceden el consumo propio. Esto es lo que sucedió en este caso, siempre respetando la presunción de inocencia, por lo que el cura se enfrenta a un presunto delito contra la salud pública y pasará hoy a disposición judicial en el juzgado número 5 de Torremolinos.
De hecho, al comprobar la cantidad de droga que portaba, la Policía se dirigió también al apartamento turístico que habían alquilado, en el que encontraron más ‘tusi’ -el gramo de esta sustancia se vende a 70 euros- y juguetes sexuales.

Catedral de Toledo
Apartado por el Arzobispado
Ante el escándalo por la noticia, el Arzobispado de Toledo, en menos de dos horas, ha sacado a la luz un comunicado sobre el clérigo, ordenado hace dos décadas, tiempo en el que ha sido, vicerrector del Seminario, profesor de Religión de Secundaria y Bachillerato en el IES La Besana, de Corral de Almaguer o responsable del Departamento de Pastoral del Colegio Diocesano Nuestra Señora de los Infantes.
“Lamentamos profundamente los hechos que han causado la detención y reprueba cualquier conducta delictiva que presuntamente hubiera podido cometer el sacerdote”, reconocen al tiempo que desmienten que el detenido haya sido Álvaro García Paniagua, rector del Seminario, cuyo nombre ha sido publicado incorrectamente puesto que el detenido se presentó con ese cargo.
Asimismo, “expresa su plena confianza en la justicia y, aunque considera que la responsabilidad de los hechos corresponde al ámbito personal del detenido -canónigo de la catedral toledana desde hace tres meses y rector del Instituto Teológico San Ildefonso-, manifiesta su disposición a colaborar con ella”.
Por el momento, Loriente ha sido apartado cautelarmente del ejercicio del ministerio y de su oficio, al tiempo que el Arzobispado ha abierto una investigación.
“Este Arzobispado pide perdón al Pueblo de Dios por los daños morales que puedan ocasionar los presuntos delitos de un sacerdote de la archidiócesis”, concluye el comunicado.